Defensa personal íntegra (parte 9)

Defensa personal íntegra (parte 9)

defensa personal integra

Consejos prácticos durante el entrenamiento

La aplicación real de las habilidades asimiladas en Defensa Personal Íntegra se llevará a cabo, generalmente, en circunstancias estresantes, por lo que su destreza requerirá el suficiente hábito práctico como para que se ejecute como un acto reflejo. Por ello deberemos entrenar las técnicas hasta que aparezca un sexto sentido que haga que nos defendamos de manera intuitiva, instintiva y automática, hasta que podamos defendernos sin pensar. Además de la citada práctica continuada, la destreza dependerá también de su contenido y de las limitaciones personales.
No se debería practicar la técnica defensiva sólo en las mejores condiciones físicas, pues en la calle es posible que nos hayamos mermados por algún tipo de impedimento, por ello, de vez en cuando se deberían ensayar las técnicas de Defensa Personal Íntegra con ropa de calle y sin calentamiento previo, pues en la calle no nos dará tiempo.

Cuando nos acostumbremos a defendernos con ropa de calle (sobre todo las féminas, con falda estrecha y zapatos de tacón) y con facultades físicas mermadas (por ejemplo: con la simulación de llevar un brazo en cabestrillo) estaremos preparados para hacerlo en situaciones reales con total eficacia.

Además, deberíamos ensayar técnicas ante ataques no programados, usándolas con compañeros no artistas marciales, pues los avezados en artes marciales suelen arremeten con técnicas regladas y aquí lo que interesa es esperar lo inesperado y estar preparados para ello. La ayuda de neófitos será, en este caso, óptima, pues nos abrirán los ojos a situaciones no pensadas a veces ni siquiera por expertos en defensa personal; debéis recordar siempre que la técnica callejera también evoluciona, desgraciadamente. En este caso, el estudio de videos de seguridad de ataques reales nos alertará de estas nuevas formas de ataque, para esto si nos resultará útil la enorme información audiovisual que se puede encontrar en internet.

A continuación expondré algunos consejos que deberán tenerse en cuenta en Defensa Personal Íntegra:

Debemos mantenernos fríos y mentalmente alerta, haciendo constantemente un esfuerzo por conservar la calma y la serenidad, de lo contrario la furia ciega o el temor entorpecerán nuestros movimientos, y esto puede significar la derrota aún del combatiente más hábil y mejor adiestrado. Recuerda, el arma más poderosa de la que dispones es tu propio cerebro, hay que mantener la sangre fría y nunca debe faltar el autocontrol, por ello, hay que practicar la serenidad durante el entrenamiento, pues si se pierde en clase con condiciones controladas ¿cómo se va a mantener en situaciones en las que hay elementos que escapan a nuestro control?

No deberemos dejar de defendernos en ningún momento, hay que combatir hasta el fin, hasta conseguir la victoria. Por ello, deberemos actuar como posesos sin olvidar la técnica depurada aprendida y ensayada en los entrenamientos.

Hay que intentar vencer a los agresores lo antes posible, pues cuando más tardemos en hacerlo más posibilidades habrá para ser vencidos, ya que el riesgo de lesión en un entorno no propicio y el cansancio (sobre todo cuando nos defendamos contra varios asaltantes), puede afectar nuestra defensa.

No hay que tener misericordia; se atacará sin piedad los puntos vulnerables del enemigo, luxando, si fuera necesario, alguno de sus miembros si se pudiera, pues con ello el dolor frenará su intención arremetedora, etcétera. Cómo ya he indicado con anterioridad, “todo es legítimo cuando el enemigo es formidable”. Pondré un ejemplo: si a una mujer la va a violar un señor que le saca cuarenta o cincuenta kilos y veinte centímetros de altura, sin saber si después de la violación la va a matar, y esta tiene la oportunidad de golpearle el cráneo con una piedra que encuentra en el suelo ¿qué hará la señora? ¿dejarse violar y es posible que matar para que no pueda reconocer a su agresor? ¿o se defenderá como pueda con todos los medios a su alcance? Cuando el defensor es una buena persona y le están agrediendo amoral e ilegítimamente, la frase reseñada es totalmente aplicable.

Debemos esperar lo inesperado. Los delincuentes, los violentos y la mala gente en general no suelen jugar limpio, son muy traicioneros y, sobre todo si sospechan que somos “duros de pelar” usarán sus mañas, tretas y engaños para vencernos; por ello, como ya indiqué en su momento, deberíamos entrenar técnica defensiva con neófitos.

Hay que ser impredecibles, por ejemplo: simular un ataque a un objetivo determinado cuando realmente nuestro propósito es atacar otra zona anatómica distinta. Se deberán planear y practicar todos estos tipos de fintas y engaños durante nuestro entrenamiento de Defensa Personal Íntegra, recordando siempre que el factor sorpresa es un recurso táctico fundamental que debemos tener de nuestra parte.

No debemos asumir una posición defensiva sino, al contrario, una ofensiva, a no ser que usemos nuestra falsa sumisión como engaño.

Si la confrontación física es inevitable, como ya he indicado, hay que procurar concluirla inmediatamente.

Deberemos actuar con la mayor rapidez posible, continuando y alternando cada movimiento ofensivo o defensivo con otros ataques, esquivas y demás movimientos técnicos.

Debemos aprender toda clase de movimientos defensivos y ofensivos para incluirlos en nuestro arsenal y repertorio técnico de Defensa Personal Íntegra, sin importar el Arte Marcial del que lo hayamos sacado; lo importante es defendernos aunque no sea con técnica ortodoxa. Por ello…

Deberemos formar nuestros propios métodos de defensa. Esto es algo vital: el defensor no deberá encasillarse ni atarse por limitaciones, nunca deberemos pensar: “como esto no está en mi arte marcial debo desecharlo”.

Nuestra defensa debe hacerse mediante un encadenamiento constante de movimientos y golpes, de tal forma que si alguno de ellos fallase el siguiente podrá poner fin al encuentro rápida y automáticamente. Comprobaremos que con frecuencia la confrontación física habrá concluido aún antes que haya terminado la serie de encadenamiento de golpes.

Deberemos usar cualquier recurso disponible que resulte efectivo a la hora de la defensa. Por ello, correr (como describí en el apartado sobre la huída, publicado en el número 19 de “Dragonz Magazine”), gritar, utilizar objetos como armas (como ya sabemos por los artículos ya mencionados sobre “Armas legales” publicados en “Dragonz Magazine”), etcétera, siempre serán recursos adicionales. Con respecto a esto debo decir que, en principio, no se deben emitir sonidos durante la defensa, ni hablar ni gritar, pues ello alteraría nuestro eficaz ritmo respiratorio (exhalando en el momento de impactar nuestros golpes sobre el adversario o absorber ciertos golpes, e inhalando en los momentos inmediatamente anteriores a estos, cuando nuestro “escudo”, nuestra defensa, es más eficaz, o cuando estemos jalando del adversario), pero…

En ciertos momentos es conveniente lanzar un breve pero potente grito al mismo tiempo que se ataca, pues con ello los adversarios se sorprenderán y se distraerán, al tiempo que el impacto de nuestro golpe se maximizará; lógicamente, esta treta no funcionará si estamos gritando todo el tiempo.

Si vemos que el adversario porta ropas voluminosas que amortigüen nuestros golpes deberemos atacar sus rodillas, que estarán menos protegidas, y su cabeza, que estará limpia de impedimentos, siendo todo ello más susceptible al daño que su amparado cuerpo.

No es aconsejable usar agarres y presas en la defensa a menos que se dominen estas técnicas con especial pericia, pues es más fácil aplicar golpes en las zonas más vulnerables de los adversarios. Por otro lado hay que pensar lo siguiente: por muy buen luchador que seas es una mala táctica el hacer lucha en suelo, ya que el agresor podría contar con la ayuda de amigos y éstos, en el transcurso de la reducción en el suelo de nuestro agresor visible, podrían aparecer y ponernos en extremo peligro. Por ello, cuando se de la circunstancia de caer al suelo deberemos levantarnos lo antes posible, sin dar la opción a la concurrencia de otros atacantes.

Si debemos defendernos contra varios adversarios a la vez, deberemos usar una especial estrategia que será estudiada en su momento, más adelante.

Cuando te defiendas ten presente la siguiente enseñanza china: “Es mejor evitar que esquivar, es mejor esquivar que bloquear, es mejor bloquear que golpear, es mejor golpear que herir, es mejor herir que mutilar, es mejor mutilar que matar, evita siempre la Muerte, porque toda vida, por vil que esta sea, debe ser preservada”. Pero recuerda también que es preferible estar vivo que muerto. Hay quien dice que los artistas marciales, cuando usamos nuestros conocimientos de autodefensa jugamos con ventaja; a esos les respondo que si fuera por la selva y me atacara un tigre y tengo un rifle en mis manos, seria absurdo y del género tonto el dejarlo en el suelo y defenderme con mis manos desnudas… yo no quiero hacer daño, llevo el rifle por precaución, y si me atacan sin yo provocar el ataque ¿por qué no puedo usar mi ventaja? ¿me tengo que dejar matar y convertirme en un mártir de la paz?

OTROS CONSEJOS EN DEFENSA PERSONAL ÍNTEGRA

Si en caso de atraco, la situación es muy difícil o imposible salir de ella, debemos recordar siempre que ante todo lo que hay que hacer es preservar la vida y la integridad física:

Si nos atracan varias personas armadas mediante la intimidación, deberemos darles todo lo que llevemos de valor, no deberemos arriesgarnos, ya que no vale la pena y los héroes muertos no sirven para nada. Otra cosa será si nos atacan, ahí deberemos intentar salir con bien de la situación con todos los medios a nuestro alcance, pues de todas formas nos van a golpear y tal vez lesionar de consideración o, en el peor de los casos, resultar muertos, ya sea intencionadamente o por un mal golpe.

Si el atracador solitario, antes de que podamos responder a su ataque, nos aplica una presa y una navaja en el cuello, deberemos darle el dinero, y recordar que el atracador no va a quedarse toda la vida en la misma posición, que alguna vez tendrá que separarse de nuestro lado, con lo que podremos recuperar nuevamente nuestro dinero tras un corto combate. Si esto ocurre, deberemos iniciar nuestra acción ofensiva en el momento justo que está separando la navaja de nuestro cuello, pues ese momento es el propicio, ya que su intención y musculatura está resuelta a separar su mano de nuestro cuello. Se que muchos manuales y expertos en defensa personal han diseñado técnicas para repeler esta situación, pero no aconsejo ninguna de estas técnicas, pues, aunque el atracador no quisiera, cualquier movimiento de nuestro cuello produciría el corte de este, y si la zona afectada es una arteria estaremos perdidos. Una cosa es el diseño de técnicas con la seguridad que da aplicarlas con un compañero que en realidad no quiere hacernos daño, y otra muy distinta el contexto callejero y la verdad que encierra, que si algo puede salir mal seguramente saldrá mal, en este caso la Ley de Murphy es soberana.

Es conveniente no sólo practicar Defensa Personal Íntegra ante un adversario o adversarios tanto desarmados como armados (con palos, armas blancas…) sino que es conveniente practicar nosotros mismos con esas armas y con utensilios comunes que puedan usarse como armas defensivas (paraguas, bastón de mano, periódico doblado…, recomiendo repasar la serie sobre “Armas legales” publicada en “Dragonz Magazine”), pues esto nos ayudará en nuestra defensa si podemos arrebatar el arma a uno de nuestros adversarios o llevamos uno de los utensilios susceptibles de ser usados como armas defensivas; poco podríamos hacer si logramos arrebatar un arma a un adversario y no conocemos la depurada y eficaz técnica de su uso. También podremos usar como arma todo aquello que podamos recoger del suelo o del entorno.

El uso del entorno en nuestro beneficio es primordial, por ello deberíamos entrenar habitualmente las técnicas de Defensa Personal Íntegra en un entorno “hostil” fuera de la sala de entrenamiento, esto es, en la calle (o en la sala de entrenamiento pero con obstáculos simulados). Debemos estar cómodos en la defensa estando rodeados de mobiliario urbano, postes, árboles y farolas, coches aparcados, bordillos, bolardos, contenedores de basura… y todo aquello que se pueda encontrar en la calle. Todos estos obstáculos deberíamos usarlos para estorbar los ataques de los adversarios y para hacerlos tropezar, incluso podremos usar dichos elementos como parte de nuestra defensa, por ejemplo: usando una farola para luxar un brazo del adversario después de hacer asido su muñeca, o haciéndole caer tras haberle empujado contra el capó de un coche aparcado, incluso haciendo que caiga por tropezar contra el bordillo de la acera.
El empujar al adversario contra la pared también será beneficioso, pues si golpeara con su cara contra ella podríamos controlarle momentáneamente al tiempo que le golpeamos en zonas vulnerables como pueden ser su nuca, columna vertebral, omóplatos, riñones, sacro o coxis, al igual que las partes traseras de la piernas; mientras que si golpea de espaldas, como suele rebotar el cuerpo contra ella, le podríamos golpear a la contra maximizando la eficacia de nuestros golpes.

Como ya he indicado con anterioridad, jamás deberemos dejarnos arrinconar, pues el entorno físico no debe dificultar nuestras esquivas y desplazamientos técnicos, ni siquiera una hipotética huida si vemos muy complicada la defensa. Si es una buena estrategia el colocarnos de espaldas a una pared para tener nuestra retaguardia cubierta y poder movernos y esquivar los golpes atacantes hacia los lados, incluso podremos usar la pared como un elemento más de defensa siguiendo los consejos del anterior párrafo, pero es un tremendo error el estar demasiado pegados a ella, pues su presencia física impediría muchos de los movimientos que debemos tener facilitados, por ello, no deberemos estar a menos de un metro de ella.

Recuerda siempre que existe una regla básica para desenvolverse en la calle: es preferible que te llamen paranoico antes de que te llamen víctima, por ello, actúa siempre bajo las siguientes premisas:

En momentos de peligro o en entornos de riesgo (zonas geográficas o socioculturales peligrosas) debemos esperar lo inesperado, por lo que deberemos vigilar el entorno físico que nos rodea y a todos los elementos que puedan intervenir en la agresión… aunque no lo parezca. Por otro lado, jamás nos deberemos dejar arrinconar, pues el entorno físico no debe dificultar nuestras esquivas y desplazamientos técnicos.
Durante el día vigila sombras y reflejos en los cristales de los escaparates, de los coches aparcados… En todo momento, vigila con el rabillo del ojo a nuestros posibles atacantes, pues la mirada directa puede darles a los violentos una disculpa para agredirnos.

Durante la noche o en lugares oscuros deberemos estar en constante alerta, sobre todo si andamos solos o en compañía de personas más débiles, principalmente en zonas problemáticas, como pueden ser callejones con escasa iluminación, aparcamientos subterráneos, pasillos de metro, etcétera. Deberemos concentrar nuestra atención en el oído y vigilar constantemente cualquier movimiento que nos alerte, sobre todo si proviene de las sombras.

No os fiéis de nadie por pacífico que parezca, pues las apariencias no solo engañan, sino que en muchas ocasiones mienten descaradamente.

Aunque ya lo he indicado en alguna ocasión vuelvo a repetirlo por su importancia: cuando dobles una esquina no lo hagas a pocos centímetro de ella, pues si así lo hicieras te podrías ver sorprendido por un asaltante oculto que espera a un solitario incauto; lo que debemos hacer es tomar la esquina con una separación de al menos un metro con el fin de ver si hay alguien oculto, para ello andaremos en paralelo a la pared con un metro de distancia entre el muro y nuestra persona; en el caso de descubrirlo a tiempo podremos iniciar la defensa con inmediatez.

Hay que tener mucho cuidado en el momento de entrar en un portal, sobre todo en dos situaciones usuales: cuando estamos deslumbrados por el sol o si es de noche, pues una desagradable sorpresa puede esconderse entre las sombras. En ambos casos tendremos anulado el sentido de la vista, por lo que deberemos fiarnos del oído y de nuestra intuición hasta que podamos ver bien, en el primer caso por haberse habituado los ojos a la penumbra y en el segundo por encender la luz.

Cuando alguien nos toque el hombro para que nos volvamos no debemos hacerlo sin más, sino que deberemos levantar el brazo del mismo lado hacia el que vayamos a volvernos, pues será una primera línea de defensa, un “escudo” que bloqueará el posible ataque del adversario si en el momento de volvernos nos intentara golpear el rostro. Al mismo tiempo miraremos con un rabillo del ojo en dicha dirección, con el fin observar que ocurre en realidad (ataque o simple toque de atención) e iniciar el contraataque o simplemente volvernos hacia nuestro interlocutor. Es preferible que aquel que nos llame la atención mediante el toque de nuestro hombro crea que somos asustadizos a que nos llegue un hipotético golpe, si en realidad era un agresor el que quería que nos volviéramos.

Ten cuidado con los acompañantes de nuestro agresor, a veces, mientras éste está hablando o discutiendo contigo el otro aprovecha nuestra distracción para golpearnos sorpresivamente, pues normalmente nuestra atención estará en la conversación y enfocada en nuestro interlocutor. Por ello, habrá que tener visión periférica, y se deberá entrenar tan bien como entrenamos nuestro cuerpo.

Debes tener un especial cuidado cuando te acompañen personas más débiles a las que debas amparar (personas mayores, pareja no avezada en artes marciales, niños…), como se estudiará en su momento, pues tienes la responsabilidad de protegerlas.

Y recuerda siempre: no provoques la situación pero no tengas miedo de actuar. En caso de tener que defenderte deberás dosificar el dolor y el daño producido, haz todo el que sea necesario pero nunca más del que sea imprescindible; y una vez que la situación esté bajo control no busques venganza, ya que debes actuar con control y responsabilidad.

En la siguiente entrega indicaré nuestra actuación durante en enfrentamiento real en casos particulares.

F. Javier Hernández.

Continuará en el blog la semana que viene.

 

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