Armas Legales, defenderse con utensilios cotidianos (parte 5)

Armas Legales, defenderse con utensilios cotidianos (parte 5)

Armas Legales

Armas legales

Como habéis visto en esta serie de post, teniendo los conocimientos necesarios, no hace falta ir armados para tener todo un arsenal encima.

Con esta entrega finalizamos con el repaso defensivo de las “armas legales”, terminando con los pocos objetos minúsculos que faltaban y los objetos flexibles, como pueden ser: la cadena de llaves, el cinturón o la bufanda.

Como habéis visto estos meses, teniendo los conocimientos necesarios, no hace falta ir armados para tener todo un arsenal encima. Como habéis visto estos meses, teniendo los conocimientos necesarios, no hace falta ir armados para tener todo un arsenal encima.

Con esta entrega finalizamos con el repaso defensivo de las “armas legales”, terminando con los pocos objetos minúsculos que faltaban y los objetos flexibles, como pueden ser: la cadena de llaves, el cinturón o la bufanda.

Otros objetos cotidianos

Si no tenemos monedero pero disponemos de unas monedas sueltas en el bolsillo, también podremos desviar la atención del agresor lanzándoselas a la cara al tiempo que comenzamos a golpearle; en general, el atracador se cubrirá la cara o, al menos, cerrará los ojos por un instante que debes aprovechar, incluso para huir si no ves clara la defensa. Anillos y pendientes también podrán usarse con la misma finalidad (incluso un colgante o collar, que debería ser arrancado, pues si se intentara desenganchar el cierre la víctima estaría con las dos manos ocupadas, por eso aconsejo que la cadenas sean finas), además el ladrón seguramente se entretendrá en coger las joyas del suelo; esto se hará sobre todo si estos objetos son de bisutería, ya que con seguridad se perderán en el trascurso del incidente, pero si valoras correctamente, es preferible perder objetos de valor que la vida o, al menos, tu integridad física, pues no sabes anticipadamente hasta donde puede llegar el atraco (que, desgraciadamente, puede llegar hasta la violación, si el agresor ve una sumisión excesiva por parte de la víctima).

Si llevas gorra, sombrero o similar, puedes usarlo también para lanzarlo contra la cara del adversario con la misma finalidad expuesta anteriormente; incluso si el agresor no cerrara los ojos, su visión se verá interrumpida por un instante, que debemos aprovechar en nuestro beneficio. Los guantes que llevemos en invierno también servirán para este mismo fin.

La funda de las gafas (si se llevara) también podrá usarse, aferrada firmemente por la mano, para reforzar los golpes de puño y golpear con los extremos que sobresalen por ambos lados del puño.

Además, las mujeres suelen llevar dentro del bolso objetos que se pueden usar como defensa; como pueden ser (además de los ya nombrados anteriormente) grandes peines y cepillos, los cuales pueden usarse para agarrarlos firmemente con el puño, siendo más contundentes los golpes que se den con el conjunto. Mi recomendación es que estos objetos se agarren de tal forma que la zona de las púas y las cerdas queden junto a la muñeca. De esta forma podremos enganchar el cuello o los miembros del adversario con el ángulo formado entre la citada zona y la parte baja del antebrazo; además se podrá usar para lanzar golpes rasposos circulares con las púas y las cerdas, siendo el objetivo del ataque zonas débiles del rostro y cuello del agresor.

También se podrá golpear y punzar zonas débiles (rostro, esternón, intercostales, costillas…) con el extremo opuesto, que sobresaldrá de la mano junto al pulgar.

Algunas mujeres en España piensan llevar dentro de su bolso algún tipo de spray de autodefensa, pero con este tema hay que tener en cuenta algunas cosas:

  • Los spray de autodefensa están prohibidos explícitamente por la Ley.
  • Solo están permitidos aquellos que se comercializan en armerías y que están homologados por el Ministerio de Sanidad y Consumo (como puede verse en el Artículo 5 del vigente Reglamento de Armas). Estos spray de autodefensa solo pueden ser vendidos a personas con mayoría de edad mediante la exhibición de su correspondiente Documento Nacional de Identidad.
  • Como hay muchas personas que quieren evitar el control policial por comprar el spray de autodefensa en las citadas armerías, suelen llevar dentro del bolso un aerosol conteniendo perfume, pues piensan que esto puede ser un sustitutivo “legal”, ya que, en principio, nadie puede impedir a ninguna mujer que tenga un perfume en el bolso, pues no lo lleva con la finalidad expresa de defenderse, sino con la de perfumarse; si después lo usa como medio de defensa no tiene la culpa nadie salvo el agresor que ha provocado la situación.
  • Esta manera de pensar puede parecer muy lícita, pero no lo es en absoluto, pues los perfumes, al llevar en su composición un elevado porcentaje de alcohol, pueden causar lesiones oculares en el agresor si se usan como “arma” defensiva, y si no causara daños en el ojos al menos los irritaría, por lo que, dependiendo de la situación y de la peligrosidad y agresividad del agresor, el juez puede eximir o perjudicar a la víctima si el caso se lleva a juicio (sobre todo si el agresor interpone una denuncia por las lesiones oculares causadas en su persona), por todo ello desaconsejo el uso de los aerosoles con perfume en la defensa.
  • Lo que si puede llevarse y usarse, sin ningún tipo de problema legal, son los pulverizadores que contengan en su interior agua o solución salina, usadas generalmente para la descongestión nasal leve, pues apenas irritarán la mucosa ocular (sin dañarla), pero lograrán que el agresor cierre los ojos durante unos instantes preciosos.

LA CADENA DE LLAVES

La cadena de llaves (key-chain, en inglés) es un derivado de la antigua cadena de reloj, la cual se usa para enganchar las llaves ordenadamente en uno de sus eslabones extremos, con el fin de que no se caigan al suelo y se pierdan (claro que se pueden perder todas juntas, con cadenilla y todo) o para localizarlas fácilmente en el bolsillo, ya que, simplemente tirando de la cadenilla, llegan las llaves hasta nuestra mano; para ello se suele enganchar el otro extremo en una de las trabillas del pantalón, por donde pasa el cinturón para ceñirlo al cuerpo.

Esta arma es un utensilio de uso común y fácil de ver en cualquier sitio. Como ya he dicho, consiste simplemente en una fina cadena de hierro o acero, que no tiene que ser ni muy corta ni muy alargada, lo normal es que sea de una longitud de unos cuarenta centímetros; la cadena tendrá una arandela en uno de los extremos, en la cual se engancharán las llaves, que pueden ser tantas como se necesiten, pero siempre con un mínimo de cuatro o cinco, pues en caso contrario el conjunto no tendrá la suficiente masa y los golpes propinados pueden ser demasiado flojos.

La cadena debe ser muy fina, pues si fuera gruesa la Ley podría considerar el conjunto como si de un extraño nunchaku se tratara (en realidad sería un derivado del manrikigusari japonés, la cadena con pesos en sus extremos), y si lo usamos como arma defensiva estaríamos penados por la Ley.

El manejo de la key-chain es de muy fácil aprendizaje, y se puede usar de varias formas, por ejemplo:

  • Se pueden enganchar los miembros del adversario, eso si, por poco tiempo, pues la cadena es  tan fina que se puede romper (como ya he dicho, la Ley no nos permitiría portar, y mucho menos usar, una cadena gruesa, pues la equipararía a un arma, no a un utensilio cotidiano).
  • También podremos estrangular levemente al adversario.
  • O golpear con las llaves como si fuera un llavero normal, cosa que ya he descrito en la anterior entrega.
  • Otra forma de golpear es haciendo girar el conjunto para dar fuerza y potencia al golpe.
  • También se puede sujetar un simple llavero en el extremo opuesto a las llaves, con un peso proporcional, de esta forma tendremos una cadena con pesos extremos, esto es, un manrikigusari “legal”, gracias a que la cadena es fina y el resto (llaves y llavero) son utensilios cotidianos.
  • Y, además, podremos combinar todas estas técnicas durante el combate defensivo.

OTROS OBJETOS FLEXIBLES

Estos objetos flexibles a los que me refiero son tres complementos de ropa ampliamente usados: la bufanda, la corbata y el cinturón, que aunque parezca mentira podrán usarse en la autodefensa, para ello se agarrará el objeto usado con ambas manos, colocándolas cerca de lo extremos opuestos con el fin de poder bloquear o desviar los golpes atacantes con el complemento firmemente estirado.

De forma ofensiva se podrá usar para agarrar y apresar partes corporales del adversario (incluso estrangularlo o, simplemente atarlo) al tiempo que se golpea con los puños que agarran el utensilio flexible. Lógicamente, para que pueda usarse la corbata para defendernos esta deberá estar totalmente desplegada, o, al menos, lo más posible, no pasa nada si queda un nudo en el conjunto. En todo caso, si llevamos corbata, aunque no la usemos en la defensa, deberemos desembarazarnos de ella, pues el adversario podría usarla en contra nuestra; por ejemplo: podría agarrar los extremos de la corbata, y sujetarnos o apresarnos con ella, llegando incluso a desequilibrarnos o hacernos caer; o puede agarrar el extremo más cercano a nuestro cuerpo (la parte más estrecha), lo cual sería mucho más peligroso para nosotros, pues si tirara de él hacia abajo y, con la otra mano apretara el nudo, empujando hacia arriba, nos estrangularía, impidiendo tanto la respiración como la emisión sanguínea hacia el cerebro, dejándonos inconscientes casi instantáneamente.  Con el cinturón o correa además podremos golpear con la parte metálica de la hebilla, incluso clavándola o rasgando la piel con las aristas y partes puntiagudas. Lo que no aconsejo es que se use como si fuera un látigo, intentando golpear con la hebilla, pues por mucho que pese ésta la lentitud de movimiento del conjunto permitirá al adversario frenar fácilmente el ataque con su antebrazo y podrá arrebatarnos lo único que teníamos para defendernos. También se podrá enrollar el cinturón alrededor de la mano, a nivel de los nudillos, para dotar de mayor contundencia a los golpes propinados con el puño.

FINAL

Podremos combinar en la defensa varios objetos cotidianos; por ejemplo: arrojamos al rostro del adversario unas monedas o la gorra que llevemos para distraer su atención, al tiempo que nos quitamos las gafas y las guardamos, como prevención, y, tras ello, usaremos como “escudo” la bolsa de deporte y el paraguas como “espada”.

Dentro de todas las técnicas que podríamos realizar con objetos y utensilios cotidianos, deberemos escoger las menos lesivas y, aunque podamos hacerlo, deberíamos excluir aquellas que puedan producir heridas y emisión de sangre, por un lado por un posible riesgo de infección, y por otro porque frente a los testigos que pudieran atestiguar en un juicio esto no quedaría bien (la sangre es muy escandalosa), siendo un dato que iría en nuestra contra en el caso de juicio.

Y, recuerda, cuando peligre tu integridad física y la de tus semejantes, hazlo sin precipitación, con serenidad, decisión y precisión; resuelve la situación lo antes posible causando los mínimos daños en tus agresores y, por favor, antes de actuar, analiza adecuadamente la situación antes de comenzar el enfrentamiento, no seas un héroe inútil.

F. Javier Hernández.

 

Si te ha interesado este artículo, tal vez te interesen estos productos:

Tags

Comparte el post:

Deja una respuesta

Patrocinadores
[themoneytizer id="107456-2"]
Suscríbete a nuestra Newsletter semanal para enterarte de todas nuestras actualizaciones.
.