Defensa personal íntegra (parte 10)

Defensa personal íntegra (parte 10)

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El enfentamiento real en casos particulares (parte 1)

Existen innumerables casos particulares y situaciones especiales en los que deberemos aplicar nuestros conocimientos de Defensa Personal Íntegra, casos en los que habitualmente no pensamos pero que si tenemos una comprensión previa que nos abra los ojos podremos resolver con soltura y eficacia, esto es lo que hago con esta serie de artículos, alertar sobre realidades en las que no solemos pensar, pero que son vitales para la una defensa idónea.

Si aprovechas los consejos encerrados en estos artículos, que no pretenden ser la panacea de la autodefensa, ni una apología de la violencia, sino tan sólo unos consejos con los que se podrá evitar una violencia innecesaria y, en su caso, dotar al agredido, una persona decente y honrada, de una mínima posibilidad de defensa (siempre dentro de la legalidad) y entrenas a unas clases intensivas específicas de Defensa Personal Íntegra, podrás salir con bien de casi cualquier problema defensivo o situación apurada.

Además, sugiero que estos consejos los recomiendes a tus seres queridos, pues les podrías evitar unos malos momentos, siempre que se imbuyan del carácter preventivo que encierran. Indícales que los momentos de mayor peligro son aquellos en los que se encuentran solos, por lo que en estos instantes deben ser más cautos.

Son situaciones especiales, entre otras muchas: la defensa en el portal de casa, la defensa en un ascensor, el enfrentamiento para evitar un allanamiento de morada, la defensa de nuestro vehículo, la evitación de una violación, la defensa contra agarres y estrangulaciones, etcétera. Todas ellas se diseccionarán en este artículo y los siguientes.

Lógicamente, las técnicas físicas a usar en cada situación deberemos extraerlas del arsenal técnico-defensivo que hayamos aprendido durante el entrenamiento específico de defensa personal practicado.

Y un último consejo previo, lleva un silbato insertado en el llavero de las llaves del coche o de casa. A la menor sensación de peligro podremos usarlo para hacer desistir al asaltante, en realidad no para alertar a otras personas para que nos ayuden pues generalmente esa ayuda no llegará (la mayoría de los ciudadanos se alejan del peligro no se acercan a él, ni siquiera cuando ven una injusticia), sino por otra razón más prosaica: a los delincuentes no les interesa llamar la atención para no ser reconocidos e identificados, por lo que el ruido del silbato es algo que no les conviene, pues atrae esa atención que no desean, más testigos de sus actos.

EN LA CALLE

Además de todos los consejos que he indicado con anterioridad en esta serie de artículos, también aconsejo que si vas a esperar a alguien en una zona solitaria no lo hagas justo junto a una esquina, pues si así lo haces no podrás ver lo que te viene por detrás.

Recuerda que la prevención empieza por prestar atención a todo lo que te rodea, y que seas capaz de detectar y reconocer cuando estás siendo evaluado como víctima potencial por algún maleante, por lo que tendrás que crear hábitos seguros que reduzcan la posibilidad de ser abordado o atacado.

Otro punto importante será la hora del día en la que estemos trasladándonos por la calle, pues durante la noche, sobre todo a altas horas, es menos probable que un delincuente sea sorprendido haciendo fechorías, por lo que un lugar que durante el día sea seguro puede convertirse durante la noche en una zona peligrosa.

Evita trasladarte de un lugar a otro si estás preocupado por algo, pues estarás concentrado en lo que pasa por tu mente y ello reducirá tu capacidad de detectar a un posible atacante, sobre todo si viene por detrás. En este último caso, si intuyes que alguien te está siguiendo, date la vuelta y encárate con el probable agresor, mírale fijamente y observa su reacción; si es una falsa alarma quedarás como un paranoico (da igual lo que piense), pero si en realidad te estaban siguiendo, estarás preparado para lo que sea.

Hay que vigilar el entorno y las sombras, sobre todo de noche, algo que los delincuentes saben bien. Cuando vayas a doblar una esquina con luz trasera, tendrás que tener un especial cuidado, pues un posible atacante te estará esperando al doblar la esquina, ya que estará alertado de tu presencia por la sombra que compone tu masa física, y le indicará si estás solo o en compañía de otros; recuerda que es más probable que seas objeto de ataque si estás solo.

Y si al doblar una esquina observas a un grupo de gente sospechoso, da la vuelta antes de que te detecten y vete por otro lado.

Además, debes tener un especial cuidado cuando te acompañen personas más débiles a las que debas amparar (personas mayores, pareja no avezada en artes marciales, niños…), pues la deambulación con ellas supone una gran responsabilidad, ya que somos los garantes de su seguridad.

En la antigüedad, cuando un caballero paseaba con una dama se colocaba a la izquierda de esta, la razón era muy sencilla, al portar la espada colgada de la cadera izquierda para poderla desenvainar con la mano derecha si la dama estuviera a su izquierda se tropezaría constantemente con la funda de la espada, por ello se colocaba a la derecha de su protector, de esta forma además, cuando el caballero debía batirse en duelo o defender la honra de la dama, se adelantaba un paso por delante de esta y desenvainaba su arma haciendo un amplio arco que amparaba a su protegida, la cual quedaba detrás del ámbito de acción del arma.

En la actualidad, aunque no portemos espada, deberemos actuar de la misma forma, pues si eres diestro protegerás mejor con tu brazo derecho a la persona a amparar, pues de esta forma serás más efectivo en su defensa, mientras que si eres zurdo deberás colocarte a su derecha con el mismo fin. En el caso de ir acompañado por más personas nos colocaremos en el centro de ellas. En el momento del enfrentamiento deberás adelantarte un paso o hacer que retrocedan tus acompañantes, así podrás protegerles mejor; por lo cual estas deberán estar aleccionadas en caso de peligro, ya que es prioritaria su defensa.
Y dos últimos consejos: cuando salgas de casa lleva siempre dinero de “emergencia” de sobra para, si lo necesitaras, poder coger un taxi para que te lleve a otro lugar con seguridad; y recuerda llevar tu móvil con batería suficiente, por lo que deberás salir de casa con un cargador de repuesto o una batería cargadora portatil, pues no sabes los imprevistos que puedan aparecer durante el día, de esta forma siempre podrás llamar a un taxi (o ayuda policial) en un momento dado.

EL PORTAL

Deberemos tener mucho cuidado en el momento de entrar en el portal, sobre todo si es de noche, y más si la luz está apagada, pues una desagradable sorpresa puede esconderse entre las sombras.

Los asaltantes suelen escoger para sus fechorías un portal sin portero físico que pueda impedir o alertar de su agresión. Para acceder al portal el delincuente puede actuar de dos formas: esperar en las inmediaciones de la entrada del portal a que entre alguien en él e introducirse por el hueco antes de que la puerta se cierre, o llamar al telefonillo del portero automático indicando que es el cartero y esperar a su víctima escondido en el portal; cuando llame al telefonillo con esta treta lo que hará será llamar a cualquier piso superior, pues sabe que si pulsa la de una vivienda situada en el piso bajo puede ser que el vecino en cuestión salga al portal para comprobar si el que ha llamado es el cartero u otra persona.

Una vez dentro saludará muy educadamente a la víctima esperando a que ésta se de la vuelta para iniciar el ascenso por las escaleras o esperar al ascensor, cosa que aprovechará para agarrarla por detrás, siendo la presa más común una estrangulación trasera (denominada comúnmente como “mataleón”) con el fin de producir la inconsciencia de la víctima y proceder en el mejor de los casos a robarla. El malhechor tendrá una dificultad si el portal es muy pequeño con puerta de cristales trasparentes, pues podría verse sorprendido por alguna persona que pasara por la acera que daría la voz de alarma, por lo que escogerá portales con cristales opacos o portales amplios de grandes fincas de comunidades de vecinos.

Si en la finca hubiera ascensor el malhechor esperará a un lugar más “intimo” como es éste. Mientras la víctima llama el ascensor hará tiempo mirando los cajetines de correos, como si estuviera buscando el piso de una persona en particular. Una vez llegado el ascensor, penetrará con la víctima en él y cometerá su mala acción. En el caso de agresión sexual detendrá el ascensor entre dos plantas, ya sea ordenándolo pulsando el botón correspondiente en el panel o abriendo forzadamente la puerta para que nadie pueda acudir en auxilio de la víctima.

El problema será cuando haya más de un agresor, pues mientras uno de ellos agarra a la víctima y la estrangula el otro procederá a desvalijarla de sus objetos de valor en el mejor de los casos, pues algunos aprovechan las llaves y la información del documento de identidad para localizar su domicilio en los cajetines de correos, subir a su domicilio y terminar con sus desmanes.

La respuesta defensiva deberá ser contundente y despiadada, pues si no se pudiera reducir al adversario eficaz y rápidamente la situación podría volverse en nuestra contra, recordando siempre que la sumisión está descartada, y en este caso en particular no se podrá optar por la evitación, ya que la agresión ya se ha producido, y no es posible la huida.

Otro método preventivo será el verificar que la puerta del portal se ha cerrado efectivamente y no dejar simplemente que se cierre sola, pues con frecuencia el regulador de la puerta no está afinado y ésta no se cierra totalmente si la dejamos por su propio impulso, con lo que no quedará asegurada y podría entrar un indeseable después de nosotros, ya sea al entrar o salir de la finca.

Y recuerda, al entrar de noche en el portal lo primero que debes hacer es dar al interruptor de la luz y verificar que la puerta se ha cerrado efectivamente, pero, por si acaso, lo harás sin dar la espalda al interior del portal.

EL ASCENSOR

La defensa dentro de un ascensor es una situación muy difícil de resolver si no se tiene la mentalidad suficiente, tanto preventiva como tácticamente hablando, pues estamos encerrados con nuestro o nuestros agresores y con muy poco espacio para maniobrar, por lo que deberemos abrir las puertas lo antes posible e intentar salir. Una vez fuera valoraremos si huir o quedarnos a resolver la situación físicamente pues fuera de la cabina del ascensor tendremos más espacio para maniobrar en la defensa.

Lo ideal sería tener una mentalidad preventiva y evitar la situación lo más posible, por lo que cuando vayamos a entrar en una cabina de ascensor deberemos valorar lo que haya en el interior, si vemos que al abrirse las puertas en el interior se encuentra alguien que no nos de seguridad es mejor esperar a otro ascensor, de esta forma evitaremos un posible enfrentamiento que será perjudicial para alguien.

Una vez entres en el ascensor, si estuviera ocupado, no te pongas de espaldas al resto de los ocupantes, pues no sabes lo que pueden llegar a hacerte por muy buena pinta que tengan (ejemplo de estrangulación o presa), lo ideal es tener la espalda pegada a la pared sin nadie detrás, pues así podremos vigilar a los demás ocupantes y ver sus caras, expresiones y actitudes, y además observaremos su ataque en el momento en el que se produzca.

Y tampoco vayas al fondo si estuviera vacío, pues quedarás arrinconado cuando entren más personas y no sabes con que intenciones; claro que en la cabina del ascensor estamos arrinconados, pero cuando se abren las puertas hay una posibilidad de salida, y si estamos al fondo es menos probable que podamos acceder a esa vía de escape.

Lo que hay que hacer es colocarnos de espaldas a la pared en uno de los laterales del ascensor, a ser posible junto al tablero de mandos, cerca de la puerta de acceso, de esta forma podremos observar las evoluciones y expresiones previas al ataque de nuestro agresor, y también podremos salir en cuanto se abran las puertas, cosa que nosotros haremos posible si vemos la situación tensa o complicada. La forma de hacerlo es sencilla, cuando veamos que el ataque es inminente pulsaremos los botones de todos los pisos que podamos para que el ascensor frene y abra sus puertas lo antes posible, y podamos salir con inmediatez, teniendo mucho cuidado de no pulsar el botón de alarma pues es un error, ya que en algunos modelos esta acción lo que hace es parar el ascensor, con el consiguiente peligro.

Si una vez dentro, al parar el ascensor en una planta, entra alguien que veas sospechoso, es mejor apearse antes de que se cierren las puertas y esperar al siguiente ascensor, cosa que podrás hacer fácilmente si estás situado en el lugar apropiado, el que ya he indicado.

Si, obligado por las circunstancias, debes defenderte dentro de la cabina del ascensor, aconsejo seguir las siguientes pautas:

Golpear las rodillas, tibias, tobillos y muslos de los adversarios con nuestros miembros inferiores, pues de esta forma no podrán ver nuestro ataque por la cercanía espacial, y además el dolor les hará dirigir su atención a las zonas golpeadas, con lo que su defensa será menos eficaz cuando golpeemos en su cabeza o cuerpo.

Mantendremos una guardia muy cerrada, con los codos pegados a los costados de nuestro cuerpo y los brazos en vertical y manos abiertas protegiendo costados y cabeza, de esta forma los “escudos” formados por nuestros miembros superiores cubrirán más espacio. Y la forma óptima de golpeo será con los codos ya que, de esta forma, nos mantendremos muy protegidos al tiempo que golpeamos con potencia devastadora. El uso del codo es lógico también por el corto espacio de maniobra que poseemos.

Golpearemos principalmente con los codos y rodillas, al tiempo que usaremos eficaces pisotones y patadas a la tibia con los laterales de los zapatos, mientras giramos constantemente sobre nuestro eje, de esta forma dificultaremos los posibles agarres y presas de los adversarios y les será más difícil golpearnos con precisión y potencia, de esta forma los golpes que nos lleguen nos impactarán de refilón con una mínima eficacia. Además, nuestros movimientos en giro potenciarán nuestros golpes gracias a la energía cinética que desarrollaremos.

También usaremos las paredes como un utensilio más, esquivando constantemente y empujando a los adversarios contra las paredes, haciendo que se golpeen contra ellas.

En la siguiente entrega indicaré nuestra actuación durante el enfrentamiento real en más casos particulares.

F. Javier Hernández.

Continuará en el blog la semana que viene.

 

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