Siempre ha habido en Occidente un gran desconocimiento sobre las artes marciales chinas, su técnica, sus conceptos filosóficos, teórico-prácticos… e incluso sobre cosas tan elementales y características en otras artes marciales como la uniformidad y la graduación.
En el presente artículo se trata un tema desconocido, o al menos poco claro, para muchos aficionados al mundo de las artes marciales: el uniforme usado en Kung-fu. Para facilitar su comprensión se debe contextualizar y hacer una repaso histórico, recordando siempre que todo es el resultado de una evolución gestada durante siglos, ya que nada aparece fruto de una generación espontánea.
La vestimenta tradicional china
Tradicionalmente, en las artes marciales chinas jamás ha existido un uniforme específico para entrenar, como ocurre con otras artes marciales, esto es un invento relativamente moderno, ya que los practicantes de artes marciales en China entrenaban simplemente con la ropa común que llevaban por la calle, siempre que esta fuera cómoda y no impidiera los movimientos marciales. Es lógico, el pensamiento era el siguiente: ya que las artes marciales no son un deporte (los únicos “deportes” marciales tradicionales que había en China eran la lucha y el tiro con arco) sino un sistema con el que poderse defender, sus practicantes no necesitaban una vestimenta especial; al realizarse la autodefensa cotidiana en la calle de las ciudades o los caminos del campo, los estudiantes debían estar acostumbrados a combatir con las ropas que llevaban habitualmente en su día a día y, por ello, debían entrenar con esas mismas ropas, pues en caso contrario se tendría una percepción falsa del combate.
Por ello, podía haber una gran diferencia entre las vestimentas de los diferentes practicantes, dependiendo de numerosas causas, como puede ser, además de la época histórica, la etnia, la clase social, la zona geográfica, el clima, etcétera. Muchos chinos, además, solían cubrir sus cabezas con gorros y sombreros de distinto diseño y fabricados con diversos materiales dependiendo de su uso o la extracción social del que lo portaba, los cuales podían ser adornados de diferentes formas (por ejemplo, los mandarines, los altos funcionarios del Estado, colocaban sobre el extremo central de su sombrero una joya en forma de bola y una pluma de pavo real, era parte de su distintivo de estatus como alto dignatario).
Además, el pantalón no sólo era tan ancho que debía ser sujetado por el fajín, sino que era tan largo que precisaba que los extremos de sus perneras fueran colocados debajo de las calcetas que mencionaré más adelante; a falta de calcetas se usaban simples tiras de tela que ajustaban a los tobillos dichos bajos del pantalón, aunque en algunos oficios simplemente cortaban la tela sobrante (generalmente campesinos, pescadores y marineros).
Hay que tener en cuenta que todas las prendas, tradicionalmente, se fabricaban en una sola talla, exceptuando la vestimenta de los altos dignatarios y familia real que usaban prendas que se las confeccionaban según las medidas de la persona que las portara. Por esta razón las ropas aparecían siempre holgadas cuando eran vestidas, y esa es precisamente la razón de la existencia del fajín, que se usaba para ceñir las ropas al talle, o para evitar que el pantalón se cayera.
El clima y la zona geográfica
Hay que tener en cuenta que tradicionalmente los practicantes de artes marciales entrenaban en el campo, en la calle, o en el patio de la mansión del maestro, y dada la enorme extensión de China, nos podemos encontrar con diferentes climas y microclimas, con sus diferencias térmicas.
Dependiendo de esto el practicante de artes marciales podía entrenar en épocas y zonas calurosas con el torso desnudo o usando una blusa (con o sin mangas) realizada con tejidos ligeros; mientras que en épocas y zonas frías se entrenaba completamente vestido, usando todos ellos, en todos los casos, pantalón (lógico) y calzando sus pies, ya que en la calle casi nadie iba descalzo (tan solo algunos campesinos, pescadores y marineros); por ello, los pies de los practicantes de artes marciales iban calzados con lo que llevaban habitualmente: gruesas botas en lugares fríos, o ligeras zapatillas de tela en zonas calurosas. En lugares (o estaciones) especialmente frías, se podía entrenar con tejidos acolchados o gruesos, portando el practicante varias capas de ropa, que se iría quitando una a una según iba entrando en calor.
La clase social
Tradicionalmente, la vestimenta estaba en consonancia con la clase social a la que perteneciera aquel que la vistiera, y dentro de las clases altas, de acuerdo con la importancia del cargo de quien la portaba.
Sólo las clases acomodadas podían permitirse el lujo de vestir ciertas ropas, en relación a los materiales, pigmentos, adornos…, tan sólo los poderosos (nobles, altos dignatarios, grandes comerciantes y terratenientes) podían costearse las ropas confeccionadas en seda, con elaborados brocados usados como decoración (algunos de ellos bordados con hilo de oro) y gran variedad en cuanto a colorido.
Los funcionarios del Estado solían portar vestimentas que denotaban su estatus y profesión, vistiendo ropas de determinados colores, así como la exhibición de símbolos distintivos bordados sobre sus ropajes (por ejemplo, los mandarines civiles de alto rango del siglo XVIII llevaban bordada una gran ave mitológica sobre sus ropas).
En el ámbito militar si existían varios tipos de uniformidades, indicando aquel que lo portaba el cuerpo al que pertenecía y su grado jerárquico dentro de la estructura militar. Dentro del ámbito militar hay que incluir además lo que hoy día llamamos: cuerpos de seguridad del Estado, los cuerpos policiales, ya que estos estaban supeditados a la jerarquía militar, pues eran tan sólo una sección dentro de la amplia organización militar.
Para el pueblo llano estaban vetadas estas vestimentas, y solían usar en la confección de las suyas materiales muy toscos, como el lino, el cáñamo, el esparto… incluso las pieles animales dependiendo su profesión o actividad (campesinos, artesanos, cazadores…).
Tampoco los colores de las ropas podían ser usados indiscriminadamente por cualquier ciudadano. El color amarillo estaba reservado para el emperador y los príncipes de sangre real. El color violeta era usado exclusivamente por los mandarines civiles de alto rango en ciertas ceremonias. El color blanco era símbolo del luto, por lo que generalmente estaba reservado para las ceremonias funerarias con independencia de la escala social a la que se perteneciera. El resto de los colores era libre, aunque las clases inferiores rara vez vestían ropas que no fueran de color oscuro (negro, azul, marrón o gris).
La etnia
Dependiendo de la etnia (ya que China es un país multiétnico) se usaban unas prendas propias de su cultura y, por ello, y por lo dicho en los anteriores apartados, es comprensible que en China coexistieran muchos tipos de vestimentas. Aquí nos centraremos en las etnias más numerosas y más importantes históricamente, además de las más conocidas por las numerosas películas históricas y de artes marciales chinas que han llegado a occidente: la Han (la etnia más numerosa, originaria de la mayor parte de China y dirigente durante la dinastía Ming) y la manchú (etnia originaria del noreste de China y dirigente de la dinastía Ching), ya que son las que más han coexistido en el tiempo, desde mediados del siglo XVII hasta principios de siglo XX.
La vestimenta de la etnia Han, que inspiró en la antigüedad al kimono japonés, consistía en una larga túnica que llegaba hasta los tobillos, con mangas largas y anchas que llegaban a cubrir el dorso de las manos, que se viste sobreponiendo una solapa sobre la otra, anudado en el lateral con botones de cuerda o cintas de tela.
Habitualmente se dejaba holgado, pero si se quería ceñir al cuerpo se hacia con un fajín de tela rodeando el talle y anudado en el costado. Debajo de esta prenda se usaba pantalón.
La vestimenta original manchú era similar a la Han, en cuanto a corte y diseño, pero menos holgada y larga, que permitía ver con facilidad el pantalón interior. La forma de cerrar la parte superior de la túnica era mediante el uso de botones de tela siguiendo casi la totalidad de la solapa, desde el cuello al costado.
Con el tiempo, los manchúes diseñaron una vestimenta más parecida a la occidental, con mangas estrechas que se ajustan a la longitud del brazo, siendo la longitud de la chaqueta similar a la actual en occidente, anudada con botones de cinta de tela o cuerda siguiendo una vertical central desde el cuello (cerrado, redondo y sin solapas, lo que popularmente se conoce como “cuello mao”) hasta la cintura o un poco más abajo de esta. A veces incluso se combinaban, las dos prendas, esto es, la túnica larga debajo y la mencionada chaqueta, pero sin mangas, encima.
Ya en el siglo XX aparece en China una nueva prenda que unifica todas las etnias: el llamado “traje de montaña” o chong shan chiang, diseñado por el Partido Comunista Chino y establecido en el año 1912 como ropa unificada masculina, convirtiéndose en uno de los símbolos de la China maoísta. Se trata de la chaqueta corta manchú pero con un corte más “occidental”, usando botones redondos (fabricados con madera, pasta o plástico) en lugar de los tradicionales botones de cordel o tela, uniéndolo a unos pantalones de corte occidental.
Esta prenda se ha usado durante años, no sólo por los integrantes del Partido Comunista, sino también por los estudiantes universitarios y preuniversitarios, usando colores básicos (blanco, negro, verde oliva, azul oscuro y gris).
La época histórica
Como podemos constatar en occidente a lo largo de la historia ha ido modificándose la forma de vestir de las personas, por lo que la diversidad de diseños, telas y calidades varía dependiendo (a veces enormemente) dependiendo del año en el que nos fijemos. Para encontrar una vestimenta que pudiera ser considerada como uniforme de entrenamiento deberíamos centrarnos en una época histórica relativamente reciente, principios del siglo XX, tal y como veremos en la introducción histórica de la siguiente entrega.
El calzado
También el calzado tradicional chino experimenta grandes transformaciones dependiendo de la zona geográfica, el clima, la etnia, la clase social… y la época histórica. Dependiendo de todos estos factores se usaron diferentes formas (zapatillas, botas…), diseños y materiales.
Tradicionalmente, las clases populares usaban zapatillas de tela, paja, esparto…, o simplemente iban descalzos. Las suelas se fabricaban con distintos materiales, desde la madera a la paja, pasando por el cáñamo o usando varias capas de tela. En zonas montañosas o frías se solía usar un calzado más alto y robusto tipo bota, confeccionado con pieles que se ajustaban firmemente a los pies.
Las clases más acomodadas solían calzar zapatillas de mejor calidad usando telas escogidas por su suavidad y textura (entre ellas la seda) con suela fabricada con varias capas de tela más robusta. También se solían usar botas de cuero (en clima o estación fría), seda o raso (en clima o estación calurosa), a veces reforzada con madera lacada.
El concepto de calcetín es algo muy moderno, cuando los chinos empezaron a verlo dentro del calzado de los occidentales, y dada la ajustada economía de las clases bajas chinas, hasta principios del siglo XX sólo podían permitírselo muy pocas personas. En épocas anteriores se solía portar bajo el calzado unas anchas calcetas de tela, forradas con algodón acolchado bajo el calzado, que además solían cubrir la parte baja de las perneras del pantalón.
Tanto las zapatillas de tela, como las botas de seda o raso, y las calcetas de tela podían ser de varios colores, sin importar la extracción social, aunque lo más lógico es que las de las clases más bajas fueran de colores básicos.
El fajín
El fajín de tela es parte de la vestimenta tradicional china, siendo este más ancho y flexible que el obi, el típico cinturón japonés usado en diversas artes marciales de origen o influencia japonesa.
El fajín se utilizaba con un triple propósito: para proteger y reforzar la musculatura del bajo vientre y la zona lumbar ante grandes esfuerzos físicos (ya fuera en intensidad o prolongación en el tiempo), para evitar que se cayeran los pantalones, y para ajustar la ropa con dos o más vueltas colocadas alrededor de la cintura y anudándose en uno de los laterales del cuerpo mediante un nudo (o un lazo).
Los materiales usados dependían de la economía de aquel que lo portaba, desde seda (las clases más acomodadas) hasta lino o algodón (las clases más populares). El color del fajín no indicaba nada (exceptuando el color amarillo que estaba reservado a algunos sirvientes directos del emperador o algunos soldados –sobre todo los portaestandarte o la guardia personal del emperador-, por ello se le solía denominar como “fajín imperial”), por lo que se solía usar múltiples tonalidades, exceptuando el citado amarillo imperial.
Esta entrada tiene 41 comentarios
Gracias por incluirlo, Nacho. Un abrazo.
Que interesante una no termina de aprender cosas nuevas me ha encantado el reportaje
Hostia tu que curioso, otro invento de hollywood
No se a que te refieres.
Sifu Javier Hernández Pérez Pues si, queesto de los uniformes me parece inventado por hollywood por las pelis estas de artes marciales. Segun dice el articulo los practicantes solian vestir de calle, con la ropa que llevaran en ese momento para acostumbrarse a pelear con esa ropa
Exacto, los uniformes son un invento moderno pero, como digo en la segunda parte de articulo, viene de fiinal de la dinastia Ching. En realidad, hay que estar acostumbrado a combatir con ropa de calle. Un saludo.
Gracias hombre un saludo a usted tambien
Sergio Fernández Moreno
Genial, Maestro! Me ha parecido muy interesante. Lo comparto con su permiso.
Claro que si, aunque falta la segunda parte.
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Vaya, excelente artículo, nada más me hubiese ver en imágenes cada prenda que mencionaba. Vengo del futuro 2024, saludos cordiales a todos.
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