El enfentamiento real en casos particulares (parte 2)
Continúo con el estudio de los casos particulares que pondrán darse en el enfrentamiento real. Si en la anterior entrega ya lo hice con los casos que pueden darse en la calle, el portal y el ascensor, en la presente entrega desarrollaré los casos que puedan darse durante el allanamiento de morada, en los urinarios públicos, los aparcamientos subterráneos, el metro o el vehículo urbano particular.
ALLANAMIENTO DE MORADA
Un hecho desgraciadamente bastante común es la introducción violenta de uno o varios agresores en el domicilio de la víctima, sobretodo si intuyen que ésta está sola en casa. El modus operandi suele ser el siguiente: el asaltante generalmente llama al timbre de entrada con la falsa disculpa de ser el revisor del gas, del agua, que lleva un paquete a nombre de una de las personas cuya información ha visto en el cajetín de correos, etcétera. Los delincuentes muchas veces vigilan los carteles que ponen las compañías de agua y gas, en los cuales indican el día en que pasarán a revisar y controlar las lecturas de los contadores, para hacerse pasar por los revisores y encontrar expédita la entrada; cuidado con este hecho.
Cuando la víctima abre la puerta el asaltante empieza a desarrollar su falso discurso y, si lo ve claro, aprovechará la vacilación de la víctima para dar un fuerte empujón a la puerta (incluso rompiendo la cadenita de seguridad) haciéndola caer al suelo o al menos haciéndola retroceder al interior de la vivienda, tras lo cual se arrojará rápidamente sobre la víctima para impedirla que pida ayuda; una navaja en el cuello y la amenaza de matarla si pide auxilio es suficiente para hacerla callar. Una vez hecho esto procederá con sus desmanes.
En ocasiones, un segundo malhechor se encuentra oculto en la escalera y entra detrás de su cómplice; el segundo asaltante se suele esconder pues saben que es más fácil que le abran la puerta a una persona que a dos.
Si estuvieras esperando a un mecánico u operario para que haga algún arreglo en casa, pídele que te enseñe la identificación a través de la mirilla o a través del hueco existente entre la puerta y su marco con la cadena de seguridad puesta, antes de permitir el acceso a tu domicilio, pues un delincuente podría aprovechar la casualidad para entrar en tu casa; por lo tanto, verifica siempre la identidad del desconocido antes de permitirle entrar a tu casa.
En el caso de allanamiento de morada se debe proceder preventivamente para evitar la situación. Si sigues los siguientes consejos podrás hacerlo:
Lo primero es impedir la entrada al portal a desconocidos. Si llaman al telefonillo hay que tener mucha precaución en dejar entrar a quien sea. Lo ideal es que los porteros automáticos tuvieran un sistema audiovisual, pero si no lo tiene deberemos ser más precavidos.
Si el posible asaltante ha accedido a la finca tendremos que seguir las siguientes pautas, comenzando por no abrir la puerta a desconocidos. Pero si decidimos abrir la puerta…
Primero deberemos ver quien es por la mirilla, pero si fuera pequeña últimamente hay solución, ya que existe un aparato que se pega a la mirilla con una pequeña pantalla que nos permite ver lo que hay más allá de la puerta con mucha facilidad. Después hablaremos con el visitante a través de la puerta y si lo vemos claro, o la puerta fuera tan gruesa que impidiera la conversación
Abriremos la puerta con la cadena de seguridad puesta y hablaremos a través de la oquedad que queda entre la puerta y su marco. Si se pudiera, durante la conversación, no nos colocaremos justo detrás de la puerta, pues en caso de fuerte empujón por parte del asaltante la cadenilla o su sujeción cederá y la puerta nos golpeará. Lo correcto sería colocarnos en el lateral de la puerta observando al desconocido, pero a unos centímetros de esta para que no pueda agarrarnos o golpearnos a través de la abertura, si vemos que hace ademán previo de empujar la puerta la cerraremos con fuerza antes de que su cuerpo impacte con ella.
Antes de abrir totalmente la puerta, si esperas a algún operario (mecánico, reparador, reparto…) solicita siempre la identificación a todas las personas que intenten acceder a tu domicilio, y si no lo tienes claro indícale que espere un momento para consultarlo telefónicamente con su oficina central. Su actitud ante esta afirmación nos dará muchas veces la respuesta adecuada de sus intenciones.
Finalmente, si lo ves claro, abre el acceso al desconocido, pero jamás dejes de vigilarle, la prevención siempre es primordial para evitar situaciones peligrosas. Y nunca abras la puerta totalmente si hay más de un desconocido, pues con frecuencia es una estrategia de malhechor, ya que mientras uno entretiene, el otro actúa.
Una vez franqueada la entrada por el desconocido, si este deja de actuar y compruebas que en realidad es un asaltante, debes atacar con saña usando todo lo que tengas en casa para repeler la agresión, empleando todo lo que tengas a mano: muebles, adornos…, lo que sea para salir con bien de la situación, sobre todo si el agresor te supera físicamente o si la acometida procede de más de un individuo. Si eres mujer tendrás, además de la posibilidad de ser robada, el peligro de ser violada en tu propio domicilio, en este caso recomiendo que estudies el apartado sobre violación que se publicará en la próxima entrega.
Como método preventivo debes educar a tus hijos para que no abran la puerta a desconocidos, ni siquiera que contesten al telefonillo del portero automático, sobre todo si te encuentras en la ducha o durmiendo la siesta.
Recuerda que las viviendas más allanadas suelen ser las de los pisos más superiores, pues estos son en los que los delincuentes pueden tener menos problema, sobre todo en fincas con ascensor, pues tendrán menos probabilidades de que otros vecinos les sorprendan; mientras que las viviendas más “seguras” serán las del piso bajo, pues los asaltantes tendrían más probabilidades de ser sorprendidos, ya sea por un vecino, pues es un lugar lógico de paso, o desde la puerta del portal por un viandante que pueda dar la señal de alarma.
Aprovecho para indicar que cuando salgas de casa cierres tu puerta con llave, no dejes simplemente que se cierre con el trinquete, pues los delincuentes pueden aprovechar para abrir fácilmente la puerta con el “método del resbalón”, esto es, usando una radiografía, un cartón o una tarjeta. Pero mientras estés cerrando con llave no dejes de vigilar las inmediaciones, pues pudiera haber un delincuente en el entorno de la puerta que haya accedido a la finca por uno de los métodos antes referidos, por lo que en el momento de salir y antes de cerrar la puerta pulsa el interruptor de la luz de la escalera para ver claramente, después podrás apagar la del recibidor de tu casa, que ha estado iluminando el rellano de la escalera hasta pulsar el citado interruptor.
Si es posible, asegúrate de tener en el acceso principal de la vivienda una puerta y una cerradura de seguridad complementándolo con la ayuda de cerrojos especiales (los de la marca FAC son bastante buenos a pesar de ser clásicos). Y, cuando entres en casa, recuerda cerrar con llave para evitar que un asaltante entre en tu domicilio usando el citado “método del resbalón” cuando te encuentres dentro, y además no tuvieras puesto un cerrojo adicional que mantenga la puerta afianzada a pesar de que los delincuentes usaran dicho método.
Y, por último, si vives en un chalet o una casa aislada y tuvieras perro guardián, acostúmbrale a que solo admita la comida que le des tu mismo o la que le dé alguien allegado de confianza; si así le adiestraras evitarás que le puedan envenenar antes de asaltar tu morada.
URINARIOS PÚBLICOS
Cuando no tengas más remedio que usar los urinarios públicos comunitarios de un gran almacén, centro comercial o estación de tren o de autobús deberás tener mucho cuidado si este se encuentra en una zona peligrosa o hay muy poca gente en el área destinada a ellos, pero sobretodo si ha habido un enfrentamiento previo (palabras o actos hostiles) con algún individuo.
Mi consejo es, si eres hombre, que no excretes en los urinarios comunes, sino que lo hagas en alguno de los cubículos individuales destinados para ello. La razón es muy sencilla, el hacerlo en los urinarios de pared supone quedar en una situación desamparada, pues quedamos de espaldas, de cara a la pared y, además, con las manos ocupadas, una situación ideal para un agresor que te quiera sorprender y atacar por la espalda.
Pero hacerlo en los cubículos individuales también entraña un peligro, por lo que escogeremos uno de los primeros que se encuentre cercano al acceso de salida, jamás el último, pues si así lo hiciésemos quedaríamos muy arrinconados en el caso de un enfrentamiento físico incluso cuando hayamos salido de él, con la dificultad táctico-defensiva que esto implica, ya que no podríamos retroceder, aunque sea mínimamente, ni maniobrar con total eficacia.
Y recuerda siempre cerrar la puerta con pestillo cuando te encuentres en el interior y tener cuidado al salir.
APARCAMIENTOS SUBTERRÁNEOS
En este caso seguiremos las mismas pautas indicadas en toda esta serie de artículos sobre la deambulación por la calle y de noche, teniendo especial cuidado además de los posibles asaltantes ocultos entre los coches aparcados y las columnas, y las sombras. Ya que los ojos no serán eficaces en la detección del peligro, recuerda usar el oído y la intuición.
Como ya he indicado, deberemos emplear todo lo que encontremos para usarlo en la defensa, ya sea algún objeto movible que portemos, nos encontremos o arrebatemos a nuestros adversarios, o los inmóviles (paredes, columnas, coches, etcétera). Y jamás nos dejaremos arrinconar entre los coches, teniendo en cuenta constantemente que el instante más peligroso y expuesto es precisamente el momento de abrir y entrar en el coche, ya que estaremos unos instantes de espaldas a las sombras, aunque aún lo es más el manipular dentro del maletero, por lo que deberemos tener especial cuidado en estos trances y estar más pendientes de la situación y su entorno.
Si debes meter algo en el maletero espera a hacerlo cuando estés fuera del aparcamiento subterráneo, pon lo que sea (maleta, bolsas y otros bultos) en el asiento trasero, sube al coche y sal de la zona, cuando llegues a la calle, si fuera de día, para en cualquier lugar y trasládalo al maletero; si fuera de noche haz lo mismo pero elige un lugar de fuerte iluminación; en todo momento deberás permanecer alerta y precavido.
EL METRO
Durante la deambulación en sus túneles seguiremos las mismas pautas que practicamos cuando andamos por la calle, teniendo mucho cuidado cuando subamos o bajemos escaleras. Cuando estas sean mecánicas no nos colocaremos de espaldas a nadie, pues de esta forma no podremos ver sus acciones, por lo que nos colocaremos de lado, con la espalda cubierta por el lateral de la escalera y nos dejaremos llevar por esta observando a los demás. Cuando las escaleras no sean mecánicas tendremos más problema, por lo que deberemos estar especialmente alerta, ya sea subiendo o bajando, observando con atención a todos aquellos que nos preceden y mirando de soslayo a los que nos siguen.
Cuando estemos en el andén deberemos permanecer cerca de la pared alejándonos del hueco de las vías, por la peligrosidad que esto encierra, ya que durante el enfrentamiento, tendremos el peligro adicional de poder caer a las vías y ser arrollados por el tren o, simplemente, herirnos de gravedad.
En el interior del convoy deberemos observar a las personas que estén dentro en todo momento, y a aquellas que entren en las diferentes paradas.
En caso de enfrentamiento usaremos las barras interiores como indiqué con anterioridad en el caso de farolas o árboles, teniendo especial cuidado en mantenernos firmes en nuestros apoyos, guardando el equilibrio, sobre todo cuando el vehículo frene.
EL COCHE
Cuando el vehículo está en marcha no tendremos ninguna preocupación por posibles asaltantes y estaremos concentrados en el tráfico y la conducción. Solo tendremos un cuidado especial cuando estemos conduciendo por una calle estrecha, pues algunos avispados bribones lo que hacen es arrojarse contra los coches en marcha con velocidad reducida para, luego, intentar conseguir una indemnización del seguro.
Los momentos que pueden ser peligrosos son aquellos en los que el vehículo está detenido, sea por la razón que sea.
Cuando te detengas en un semáforo deberás tener las ventanillas cerradas para evitar los hurtos de los descuideros que se encuentran en sus inmediaciones, y si hace calor para eso tienes el aire acondicionado (en el caso de tener un coche descapotable, descapótalo solamente cuando viajes por carretera, si no quieres tener posibles problemas). Esta regla deberás mantenerla constantemente en ciudad, pues con los embotellamientos y retenciones que te harán frenar y detener el coche, cualquier momento puede ser aprovechado por los indeseables.
Si, por lo que sea, cuando el vehículo esté parado, alguien se acerca a la ventanilla con la excusa de preguntarte algo, bájala sólo lo suficiente para poder oír a tu interlocutor, deja solo una pequeña rendija, sobre todo si estás inmerso en una discusión de tráfico. Una de las razones, además de para evitar que nos golpeen a través de ella, será para evitar que el atacante no pueda agarrar el cinturón de seguridad y lo use como punto de apoyo para hacernos una estrangulación en el asiento.
Por la misma razón, no discutas con los “limpiavidrios” callejeros que ensucian el parabrisas de tu coche aprovechando que has parado en un semáforo con la disculpa de recibir unas monedas, pues la mayoría de ellos son descuideros que se aprovecharán de tus actos. Lo que debes hacer es simplemente accionar el limpiaparabrisas y alejarte tranquilamente desoyendo sus insultos y provocaciones.
Si decides apearte del coche para continuar fuera de éste la discusión de tráfico, deberás abrir con fuerza la puerta del vehículo con el fin de que el agresor se aparte o reciba el primer golpe con la puerta en las piernas. Aunque previamente nos habremos quitado el cinturón de seguridad para bajar rápidamente con libertad de movimientos, y habremos apagado el motor y quitado las llaves; jamás dejes las llaves puestas en el coche por poco que sea el tiempo que abandones su habitáculo; y cuidado con los posibles cómplices ocultos.
Mi consejo es que las discusiones de tráfico jamás resuelven nada, por lo que deberemos evitarlas por encima de todo. En el caso de un encontronazo de tráfico, en el que los coches han chocado produciendo simples arañazos en su estructura, o pequeños golpes que deforman ligeramente la chapa o rompa algún faro o intermitente, inspira tranquilamente, cálmate y prepara los papeles del coche para dar cuenta al seguro, una vez producido el accidente más no se puede hacer, tomar nota para que los seguros se pongan de acuerdo. El problema puede venir cuando el otro conductor no piense como nosotros e intente golpearnos; en estos casos procederemos como he indicado con anterioridad. Y recuerda que los insultos no son golpes, por lo que no deben provocar nuestra ira, hay que estar por encima de eso, como ya he dicho en alguna ocasión, la inteligencia es nuestra mejor arma.
Cuando vayas a apearte del vehículo, sea por la razón que sea, deberás inspeccionar visualmente a las personas que se encuentren en el entorno y valorar su peligrosidad, por si debieras enfrentarte a una situación adversa. Esto será prioritario en el caso de aparcar en un aparcamiento subterráneo, pues deberemos cuidar que no haya nadie peligroso en el entorno (o que nos lo parezca). Cuando salgamos del habitáculo estaremos concentrados en nuestra prevención y, si fuera necesario, en nuestra defensa.
Por precaución deberás acostumbrarte a aparcar, siempre que sea posible, en zonas bien iluminadas, con el fin de poder estudiar y vigilar adecuadamente la zona antes de salir del vehículo. Comprueba que las puertas estén bien cerradas antes de abandonar el coche y, cuando vuelvas vigila si hay alguien en el asiento trasero esperándote antes de entrar en él. Y observa además si en el tirador o manilla de abertura de la puerta del copiloto o en alguna de las puertas de los asientos traseros hay colocada una moneda entre sus juntas, pues es un método de asaltante que viene usándose desde hace algún tiempo; con este sistema, cuando hagas funcionar el cierre centralizado, la puerta afectada no quedará asegurada, por lo que se podrá abrir desde el exterior, cosa que aprovechará el delincuente para acceder al interior de nuestro vehículo. La detección de una moneda en el tirador de la puerta te alertará de que estás siendo vigilado, por lo tanto deberás ser aún más precavido.
Previamente, cuando te aproximes al vehículo deberás observar tu alrededor, incluyendo los coches aparcados adyacentes, por si hubiera ocupantes que estuvieran esperándote y vigilando tus actos esperando el momento propicio para asaltarte.
Por otro lado, no hagas caso de aquel que te diga que llevas una rueda pinchada, pues es un típico truco de asaltante, lo que debes hacer es continuar tu camino, en la conducción percibirás si realmente está pinchada, y si no estuvieras seguro ya tendrás tiempo de comprobarlo lejos de aquel que te lo indicó, pues a veces son ellos mismos los que pinchan la rueda para que el conductor se detenga, baje del coche dejando las llaves puestas y un cómplice robe el coche o lo que tenga en el habitáculo. En el caso de que aquel que nos avisa sea una persona bienintencionada lo más que puede pasar es que nos llame desagradecido por no mirar si la rueda estaba pinchada en el lugar del aviso.
Por último indicaré que en el caso de avería del vehículo en un lugar extremadamente peligroso por el entorno en el que haya ocurrido (lugar aislado o cercano a área conflictiva), lo que hay que hacer es llamar inmediatamente al servicio técnico para que envíe una grúa y pueda auxiliarte, ya que si tienes problemas con el vehículo y no puedes alejarte del lugar puedes ser un blanco perfecto para los maleantes; por ello es prudente el encerrarse en el habitáculo con las ventanillas bajadas y los seguros de las puertas puestos hasta la llegada de ayuda.
Y una cosa más, jamás recojas a ningún autoestopista de cualquier sexo, pues puede resultar peligroso; la apariencia débil no debe engañarte, pues es posible que cuando detengas el vehículo para recogerle y abras la puerta salgan de su escondite los cómplices del individuo visible.
En la siguiente entrega indicaré nuestra actuación durante el enfrentamiento real en más casos particulares.
F. Javier Hernández.
Continuará en el blog la semana que viene.
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