Métodos de entrenamiento aplicado: la velocidad (parte 2)

Métodos de entrenamiento aplicado: la velocidad (parte 2)

velocidad

Entrenamiento de velocidad para AAMM y DDCC

La velocidad en el combate, ya sea para atacar, como para reacciar ante los movimientos de nuestro adversario son cualidades físicas esenciales para un artista marcial o luchador.

La velocidad de una persona viene determinada en buena parte por su genética. Hay personas que son innatamente veloces. No obstante, la velocidad es una cualidad física absolutamente trabajable y mejorable, con los ejercicios adecuados.

En los dos tipos de velocidad mencionados tienen también relevancia la coordinación y la técnica, ya que un movimiento determinado está diseñado para ser lo más efectivo y, por ende, lo más rápido posible. También la resistencia física, ya que mientras más agotada esté la persona de menos agilidad dispondrá.

La velocidad en el deporte se puede definir como la capacidad de conseguir, en base a procesos cognitivos, máxima fuerza volitiva y funcionalidad del sistema neuromuscular, una rapidez máxima de reacción y de movimiento en determinadas condiciones establecidas

(Grosser, 1992)

La capacidad de actuar de manera más rápida y correcta posible ante un estímulo o acción emitida o iniciada por el adversario con el fin de anticiparse a su acción de ataque, poder contrarrestar su movimiento, posibilitar nuestra ejecución técnica y efectiva.

Estos son algunos de los patrones básicos que podremos realizar con un buen desarrollo de la capacidad de la velocidad dentro de nuestro entrenamiento personal.

Algunos de los objetivos potenciales que nos debemos de marcar en nuestro entrenamiento de la velocidad son:

  • Maximizar nuestra reacción frente a determinados estímulos elicitadores.
  • Minimizar las fases de aceleración.
  • Conseguir velocidades máximas en movimientos aislados.
  • Mantener la velocidad máxima de expresión de los movimientos generales o específicos que están incluidos en un combate, durante el mayor tiempo posible sin marcadas perdidas de velocidad. (Hablamos de velocidad-resistencia).
  • Realizar óptimas acciones motrices basadas en una gran fuerza explosiva y de coordinación.

Con todo esto hay algunas cosas que debemos tener en cuenta acerca del entrenamiento de la velocidad.

Cuando vayamos a trabajar la velocidad dentro de nuestro entrenamiento, debemos de realizar un calentamiento previo en que se incluya, la estimulación vascular, con ejercicios aeróbicos (aproximadamente 5´) con el objetivo de aumentar la temperatura interna del cuerpo y de la musculatura.

Actuaremos sobre el movimiento muscular y articular (aproximado 10´) con el objetivo de mejorar la elasticidad, aumentando la sensibilidad del uso del musculo y adecuando la presión articular para prevenir lesiones.

También trabajaremos la tensión muscular, la estimulación neuromuscular y la coordinación (aproximadamente10´) con el objetivo del aumento de excitación del sistema nervioso central, mejorando la velocidad de transmisión, aumentando la velocidad de reacción y de contracción, consiguiendo mayor grado de vigilancia, atención y percepción, con lo que influimos positivamente sobre los estados de sobreexcitación e inhibición.

Tenemos que considerar que la velocidad es una capacidad integral, que no existe como capacidad aislada o “pura” en el deporte.

La técnica motriz y las capacidades de coordinación son esenciales para el rendimiento de la velocidad, así como el entrenamiento de la fuerza máxima y fuerza explosiva, como vimos en el anterior artículo sobre el entrenamiento de la fuerza, tienen un efecto muy positivo para la velocidad de ejecución.

El entrenamiento de la fuerza máxima por vía neural, junto al entrenamiento con ejercicios técnicos específicos, aumentan de manera muy positiva el grado de rendimiento complejo de la velocidad.

Tenemos que trabajar en gran medida la velocidad de reacción, teniendo una importancia vital sobre todo en lo que denominamos “secuencia de defensa”, puesto que las acciones que ésta conlleva van a estar en relación con la percepción y posterior respuesta, con movimientos de desplazamiento en angulación y lineales, para que no seamos conectados por nuestro adversario, y además nosotros podamos contraatacar de una manera efectiva.

Es también muy importante la percepción de error de desplazamiento o acción de nuestro adversario para facilitar nuestra ejecución técnica. Ese espacio de tiempo entre el error-inicio de la acción de ataque estará mediatizado por nuestra velocidad de reacción.

Todos estos aspectos son altamente entrenables y van a conformar una muy buena guía metodológica para el entrenamiento de un artista marcial de calidad.

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