Seasonal film corp, la productora que cambió el cine de ARTES MARCIALES

Seasonal film corp, la productora que cambió el cine de ARTES MARCIALES

Cuando se habla de cine de Kung Fu, solemos recordar o bien los títulos de la Shaw Brothers o de la Golden Harvest. Pero tenemos que recordar la historia del cine marcial hongkonés, con la Shaw todopoderosa hasta la irrupción de Bruce Lee, despegando así la Golden Harvest de Raymond Chow.

Pero la muerte del Pequeño Dragón hizo que la industria perdiese de cierta manera el rumbo. Aparecieron los clones de Bruce, nuevas estrellas que lanzar y nuevas compañías, como la Seasonal Film Corporation en 1974 o la D&B Films en 1983. De estas dos que he puesto de ejemplo, la Seasonal es la que protagonizará las siguientes páginas. El motivo es obvio, y es que, tras la explosión de la Bruceploitation, fue la que consiguió ofrecer algo diferente al género, con el lanzamiento en 1978 de Jackie Chan en ese maravilloso díptico que fueron El Mono Borracho en el Ojo del Tigre y La Serpiente a la Sombra del Águila.

Estos dos films llamaron poderosamente la atención del público, convirtiéndose en el aire fresco que el cine de artes marciales necesitaba.

NG SEE YUEN: EL PADRE DE LA SEASONAL

Tengo que comenzar, evidentemente, con el fundador de la productora, Ng See Yuen, nacido en 1944 en Shanghai y que se introdujo en el mundo del cine como ejecutivo para la Shaw Brothers. Sus primeros pasos fueron como asistente de director en el drama Ripples y en El Boxeador Chino, de Jimmy Wang Yu, ambas en 1970. Tan sólo un año después debutaba como director con The Mad Killer y tras acumular varios títulos tanto en esta faceta como en la de guionista, decidió dar el salto como productor y funda la Seasonal Film Corporation, cuyo primer film en diversas fuentes citan como Rivales Secretos, que es de 1976, aunque en 1974 ya se estrenaron películas dirigidas por Yuen bajo el sello de la productora, concretamente pertenecientes a la Bruceploitation, con Call Me Dragon o Bruce, D-Day at Macao, ambas con Bruce Liang.

En estos títulos, e incluso en Rivales Secretos, comenzarían a trabajar algunos de los actores que tendrían una estupenda carrera con Yuen, como Yasuaki Kurata y sobre todo Hwang Jang-Lee. La mencionada Rivales Secretos fue un gran éxito, provocando secuelas, pero el título que lanzó a la productora no llegaría hasta 1978, y no fue una, sino dos películas que son auténticos clásicos. Hablo de La Serpiente a la Sombra del Águila y El Mono Borracho en el Ojo del Tigre.

Se juntaron varios elementos en estas dos películas, pero ya entraremos más adelante. El caso es que el éxito de las dos películas lanzó a la Seasonal, produciendo numerosas películas de calidad dentro del cine marcial, aunque tocó otros géneros de forma casi anecdótica. A pesar de ello, el propio cine marcial no pasaba por su mejor momento, y estrellas como Jackie Chan dejaban la productora para ampliar horizontes en la Golden Harvest, y aunque la Seasonal tenía sus estrellas, Ng decidió, a mediados de los ochenta, dar el salto a Estados Unidos y mezclar el estilo de Hong Kong con el occidental. De esta forma aparecieron una serie de películas con estupendas coreografías hongkonesas, aunque con presencia occidental. Poco a poco el éxito dejó de llenar las arcas de la Seasonal, aunque llegó a producir en 2008 Legendary Assassins y en 2010 la comedia romántica Kung Fu Academy, terminando por desaparecer y convertirse en un nombre legendario de la industria cinematográfica hongkonesa. A pesar de ello, Ng sigue activo, como consejero honorífico de los Asian Film Awards, como presidente de la Federation of Hong Kong Filmmakers o Presidente Honorífico Permanente de la Hong Kong Film Director’s Guild. Además, es fundador la una de las mayores cadenas de cines china, la UME International Cineplex.

PELÍCULAS MÍTICAS

Toda productora de cine tiene una serie de películas estrellas que sobresalen entre todas. Ya he mencionado dos de ellos, los dos primeros éxitos de Jackie Chan, aunque no podemos dejar de mencionar títulos anteriores a 1978, como Call Me Dragon (1974), ese Bruceploitation con Bruce Leung y Yasuaki Kurata, un buen producto, pero sin destacar en exceso en la industria en aquellos años post-Bruce Lee. Caso aparte es The Secret Rivals, el primer gran éxito de la productora en 1976 y toda una oda a las patadas gracias a tener en el reparto a dos de los mejores pateadores que hemos podido ver en el cine de Hong Kong, como son John Liu y el coreano Hwang Jang Lee, además de Don Wong Tao, quien tiene momentos de lucimiento hasta con nunchaku.

Si bien no ha envejecido lo bien que sí han hecho otros títulos, como bien me dijo el gran Pedro Conde, toda una institución en las artes marciales y el periodismo cinematográfico marcial, como bien sabrás, pero sigue siendo una película donde podemos ver grandes coreografías de piernas. Sin ir más lejos, el personaje de John Liu tiene que desarrollar unas contratécnicas para vencer a Zorro Plateado (Hwang Jang Lee) ya que su técnica incluye bloquear los brazos de su oponente. La historia es sencilla, con venganzas, corrupción en el gobierno y campeonatos de Kung Fu y como curiosidad, aparecen Yuen Biao y Yuen Wah casi como extras.

El éxito provocó que naciese un personaje mítico, Zorro Plateado, y dos secuelas, una oficial en 1977, de nuevo con Liu y Lee repitiendo papeles, y donde además tenemos a Corey Yuen, Hsia Hsu, Blackie Ko, Philip Ko, de nuevo a Biao y Wah y al coreógrafo de la película, que es Yuen Woo Ping, sustituyendo a Gam Ming y a Richard Cheung Kuen, coreógrafos de la primera entrega, y en 1981, una secuela no oficial sin la Seasonal, titulada literalmente en Hong Kong como The New south Hand Blows and North Kick Blows, pero que en su salida en Reino Unido y posteriormente por el resto del mundo, titularon The Secret Rivals 3. En ella sí salía Liu, junto a Alexander Rei Lo, pero como he dicho, no es de la productora de See Yuen.

La Armadura Invencible (1977) es el siguiente título mítico de la productora. De nuevo se reunían Ng See Yuen como director y co-guionista, John Liu, Hwang Jang Lee y Yuen Woo Ping, que coreografió la película junto a Hsu Hsia, que también aparece como actor, siendo de los habituales de la Seasonal, además de Philip Ko, Corey Yuen o Yuen Biao, siendo estos dos últimos asistentes de Woo Ping junto a uno de los hermanos del coreógrafo, Yuen Shu-Yi. Esta fórmula de repetir con gente delante y detrás de las cámaras es una constante en la Seasonal, sobre todo en estos años, ya que no tenían a un actor por bandera concreto, por lo que juntaron a unos nuevos valores, o, mejor dicho, a gente con experiencia detrás, pero sin ser estrellas para el gran público.

De esta forma aseguraban un mínimo de calidad marcial. Una película de corte mucho más clásico, tanto en las propias coreografías, como en la puesta en escena, más cercana al aspecto teatral que al puramente cinematográfico en una historia llena de los tópicos del género, con venganzas por la muerte de maestros, conspiraciones manchúes, acusaciones de asesinatos falsas, enemigos que se convierten en amigos, entrenamientos, técnicas míticas como la que da título al film y ese Dedo de Hierro, villanos al estilo de Zorro Plateado (incluyendo al actor, claro está)… Toda una amalgama que conforman una entretenida película que se sitúa entre el clasicismo de la Shaw Brothers y ese aire fresco que iba a ser la Seasonal. Y en 1978 llegaba ese soplo, con el estreno de La Serpiente a la Sombra del Águila y El Mono Borracho en el Ojo del Tigre.

El 1 de marzo de 1978 llegaba a los cines de Hong Kong La Serpiente a la Sombra del Águila, donde el protegido de See Yuen, Yuen Woo Ping, debutaba como director y coreógrafo y lanzando a Jackie Chan además de a su propio padre, el mítico Yuen Hsiao Tien. Su eterno papel de maestro borracho le traía una fama tardía a la vez que conseguía ser el gran éxito que Jackie buscaba desde hacía tiempo. La unión de una historia clásica de venganzas junto al humor y las maravillosas coreografías de Woo Ping convirtieron a esta película en lo que el cine de Kung Fu necesitaba. Un virtuosismo visual, atlético y marcial que convulsionó el género que se alargó con El Mono Borracho en el Ojo del Tigre, que se estrenaría ese mismo 1978, pero el 5 de octubre.

Personalmente prefiero ésta última, con ese Kung Fu del Borracho y la versión de Chan de un joven Wong Fei Hung. Y por ella, el padre de Yuen Woo Ping, Hsiao Tien (o Simon Yuen como también fue acreditado) terminaría repitiendo el papel de Maestro Borracho en numerosas explotions hasta su fallecimiento. Un díptico magistral indispensable para conocer un punto de inflexión en la historia del cine de Kung Fu, Hong Kong, China y mundial que dieron a la Seasonal los éxitos que necesitaba para irrumpir entre la Shaw Brothers y la Golden Harvest.

Tras estas, aparecieron algunos buenos títulos, como el debut de Tsui Hark en 1979 con The Butterfly Murders, a la que siguió en 1980 Cole Cole que te Como (sí horrible título español para We’re Going to Eat You), o como La Danza de la Pantera Borracha (aunque el título internacional es Dance of the Drunken Mantis), repitiendo esquema y con Yuen Hsiao Tien repitiendo el papel de El Mono Borracho… y descubriendo que tiene un hijo. Yuen Woo Ping repetía como director, pero no Jackie. Aquí el protagonista es uno de los hermanos de Woo Ping (e hijo de Hsiao Tien, claro), Yuen Shun-Yi, que a su vez se encargó de las coreografías junto a Corey Yuen y un par más de compañeros de los tiempos de la Ópera China.

En 1980 se estrenaban películas como El Puño Deslizante sobre la Garra del Dragón o El Luchador novato aprendiendo hasta del gato, que engrosaban las hileras de títulos de Kung Fu en los videoclubs españoles de aquella década. En 1981 estrenaban El Último Combate, secuela de Juego con la Muerte de Bruce Lee, donde se rizaba el rizo en el tema de la Bruceploitation, que tendría al propio Ng See Yuen como director, ayudado por Sammo Hung y Corey Yuen y a Woo Ping como coreógrafo. Una de esas películas que también vimos en los videoclubs y que tuvo su reedición en los noventa en nuestro país.
Yuen Kai. La Leyenda de un luchador (1982), biopic de Huo Yuan Jia, el famoso maestro de Kung Fu al que vengaba Bruce Lee en Furia Oriental (1972) y que aquí interpretó otro hijo del clan Yuen, Yuen Yat-Choh cuando es joven, y LEung Kar-Yan (Beardy para los amigos) cuando es adulto, acompañados en el reparto por el gran Yasuaki Kurata, Leung Kar-Yan, Philip Ko o Brandy Yuen. Vamos, actores habituales de la Seasonal para una película muy clásica, abandonando el estilo de los dos títulos de Jackie Chan, aunque hay elementos en la película que beben directamente de las dos, como la humillación que sufre el protagonista. Pero a pesar de ello, es una excelente película que tiene cierto toque de Bruceploitation, aunque no por imitar al Pequeño Dragón.

El guion comienza al estilo de Drunken Master (vamos, El Mono Borracho en el Ojo del Tigre), con un joven Huo Yuanjia que es el hazmerreír por no saber pelear. Y casi a la hora de película, el personaje crece uy pasamos a ver cierta… “inspiración” en la mencionada Furia Oriental, con los japoneses como villanos y el protagonista convirtiéndose en el héroe que necesitan. Ese mismo año 1982, Corey Yuen debutaba como director tras ser actor, especialista y coreógrafo, guardándose además las labores coreográficas junto a Mang Hoi, con Ninjas en la Tierra del Dragón, con Hiroyuki Sanada, Hwang Jang Lee y Conan Lee. Mezclaba el humor de Jackie Chan con los ninjas japoneses y las excelentes formas físicas de los protagonistas, siendo un despliegue de artes marciales espectacular. Además, podemos ver a gente como Tai Bo, Wei Ping-Ao o Tien Feng como secundarios. El resto de los ochenta, la Seasonal intentó probar suerte en otros géneros, sin mucho éxito.

A pesar de haber ido estrenando títulos de calidad, no tenían a una estrella como estandarte, y como el cine de Hong Kong empezaba a girar hacia el tema policíaco, Ng See Yuen decidió probar una nueva fórmula, uniéndose con New World Pictures, productora norteamericana, para producir películas allí, pero con el estilo hongkonés.

HONG KONG STYLE IN USA

La unión del estilo visual y las coreografías made in Hong Kong cruzaban el charco para combinarse con actores occidentales. Así nacía en 1986 Retroceder Nunca, Rendirse Jamás, otra muestra de Bruceploitation algo tardía. Un clásico ochentero por tener a Jean Claude Van Damme en uno de sus primeros papeles relevantes.

Corey Yuen se encargó de la dirección y las coreografías, de nuevo con Mang Hoi ayudándole. Un reparto occidental por completo con algunos estupendos luchadores en la vida real, como Peter Cunningham, Ron Pohnel o Dale Jacoby, que consiguen adaptarse, además de Van Damme y el protagonista, Kurt McKinney, a las coreografías rápidas y dinámicas de Yuen, siendo todo un acierto hasta convertirla en un título de culto. En el apartado de explotación de Bruce Lee, hay que destacar que el encargado de interpretar al fantasma del Pequeño Dragón, que guiará al protagonista en su camino marcial, fue interpretado por Kim Tae-jeong, que ya había sido clone de Bruce en Juego con la Muerte, su secuela El Último Combate o Policía Internacional. Este título se convertía en estandarte, apareciendo dos secuelas espirituales.

Secuestro en Bangkok (1987) o No Retreat, No Surrender 2: Raging Thunder, nos presentaba a otros luchadores, como Loren Avedon y a Cynthia Rothrock, de nuevo con Corey Yuen dirigiendo. Curiosamente, Roy Horan, cara conocida occidental del cine hongkonés de los setenta, era uno de sus guionistas y productor, entrando en la mezcla Keith W. Strandberg. Tenemos también a Hwang Jang-Lee o a Matthias Hues, añadiendo exotismo al rodaje en Camboya. Se había pensado en Van Damme y McKinney, pero por diversos motivos no pudieron rodarla y se aprovechó el éxito para retitularla. Horan buscaba una nueva cara marcial y encontró a Avedon, experto en Taekwondo y Hapkido y alumno del Maestro Jun Chong y compañero menor de los hermanos Simon y Phillip Rhee. Las coreografías fueron de Corey Yuen, ayudado por Mang Hoi de nuevo. Aunque hablamos de esta mezcla entre Hong Kong y Hollywood, esta película se rodó en Bangkok y con actores occidentales, adelantándose a Van Damme y su Kickboxer.

Contar con Rothrock ayudó bastante, ya que la norteamericana había debutado en 1985 en Ultraforce 2 (bueno, Yes, Madam, que ya sabemos el lío que hay entre sagas con sus ediciones españolas e internacionales, tema para otro artículo) y estaba manteniendo una carrera en Hong Kong con títulos como Millionaire Express (1986) o Al Borde de la Ley (1986). Su personaje es la guía del personaje de Avedon en Bangkok, algo que podemos extrapolar a la vida real, siendo la introductora de Avedon en el cine, y ayudándole a engrosar la lista de gwailos, el término cantonés para referirse a los extranjeros (puedes verlo escrito también como gweilo). Un joven norteamericano viaja a Bangkok para encontrarse con su novia y con un viejo amigo, pero ella será secuestrada y deberán usar sus habilidades marciales para rescatarla de las garras de los rusos y vietnamitas. Es curioso que se usen estos arquetipos del cine bélico norteamericano en una película de estas características, pero recordemos que todas estas películas son co-producciones entre Hong Kong y Estados Unidos, por lo que usar este tipo de elementos es deudora de la época y del éxito del uso de la Guerra de Vietnam en el cine de acción.

A pesar del título, se encuentra más cerca de la saga Ultraforce, con violencia y un toque oscuro que la alejan del espíritu de Retroceder Nunca, Rendirse Jamás, algo que se repetiría en la tercera entrega. Además tiene ciertos paralelismos con Desaparecido en Combate (1984), como el amigo que vive en Asia y tiene muchas armas que ayudará al protagonista, que el protagonista sea persona non grata en Tailandia… Y es que, a pesar de contener artes marciales, es una explotación del cine sobre la Guerra de Vietnam tan popular en Estados Unidos, llegando a este subgénero a medida que va avanzando la trama. Pero sin duda lo mejor de todo es ver los diferentes combates, con momentos estupendos de Avedon, Rothrock y Hwang Jang-Lee, rodados con un estilo clásico. También hay que destacar a Matthias Hues, que aporta cierta excentricidad a la película que le sienta muy bien, ya que es bastante loca, incorporando elementos que se nota que estaban muy estudiados, metidos con una visión muy comercial. Es menos conocida que la primera entrega de Retroceder Nunca, Rendirse Jamás y que la tercera, Hermanos de Sangre, pero sin duda es un divertimento en toda regla, a pesar de tener un clímax menos apoteósico de lo esperado.

Dos años después llegaría la tercera entrega, Hermanos de Sangre (1989), con Ng See Yuen como productor ejecutivo y con Keith Strandberg como guionista y productor. Lucas Lowe, o Lucas Lo, se encargaría de dirigirla, un asistente de director que debutaba en estas labores, siendo el sustituto en el último momento de Corey Yuen. De nuevo tenemos a Loren Avedon como uno de los protagonistas, tras haber firmado por tres películas con la Seasonal. Aquí unía fuerzas con Keith Vitali, excelente pateador que se combinaba a las mil maravillas con Avedon. Tony Leung Siu-Hung recogía el testigo de Corey Yuen en las coreografías.

El asesinato de un ex–agente de la CIA hará que sus dos hijos, uno agente de la Compañía, y el otro un rebelde, ambos expertos en artes marciales, comiencen un camino de venganza, primero por separado y después uniendo fuerzas. Para mí, es una de las más míticas de esta época. Contiene una serie de secuencias de acción sumamente rápidas, espectaculares, como la del parking, con coches, machetes, patadas y pistolas. La acción se convierte en la reina de la función mezclándose con el género de espías e incluyendo notas de humor. Y aquí sí tenemos un clímax a la altura, a pesar de notarse los dobles, sobre todo para el villano, Franco, interpretado por Rion Hunter.

La tercera película continuaría con Avedon, un auténtico título de culto del videoclub, El rey de los Kickboxers (1990), que se subía al carro del Kickboxing tras el éxito de Kickboxer de Van Damme un año antes siendo una clara copia de la misma, con un norteamericano ganando un combate en Tailandia, pero siendo asesinado por haber ganado ante la mirada de su hermano pequeño. Y los años pasan, pero el deseo de venganza del hermano permanecerá, convertido en policía, lo cual aleja la película de la pura explotación del film de Van Damme. El ser policía es lo que hará que el protagonista, Avedon, vaya a Tailandia de nuevo, al ser cedido a la Interpol para un caso de películas ilegales de lucha snuff. Esto a su vez consigue darle a la película una atmósfera diferente y oscura. Revisando una de las películas, verá al asesino de su hermano, por lo que no dudará en viajar a Tailandia con algo más en mente que resolver el caso con la Interpol.

En algunos sitios se llegó a estrenar como una cuarta entrega de Retroceder Nuncar, Rendirse Jamás, e incluso la quinta. Los habituales líos de las distribuidoras en su afán de ganar dinero con ganchos. Fue además el primer gran papel de Billy Blanks tras aparecer en diversas películas sin acreditar o casi de extra. Al reparto se unía Keith Cooke, que había llamado la atención en las dos entregas de China O’Brien, junto a Rothrock y a Richard Norton. Con coreografías de Siu-Hung de nuevo, es otro título de culto repleto de brutales peleas y un Blanks desatado, llena de violencia que incluye momentos gore muy salvajes.

Avedon es todo un badass en la película, con un personaje muy macarra y chulesco que no le sienta nada mal, sobre todo al tener a Billy Blanks como némesis. Su sobreactuación es justamente lo que la película necesita para alcanzar esas cotas de violencia marcial que tenemos. Esto aumenta ese alejamiento del cine de Van Damme, que aunque es violento, es algo más blanco. Aquí la rabia de los personajes se transforma en unas técnicas muy agresivas y diferentes a lo que se veía en el cine más comercial de la época. Una forma de llamar la atención de cara a las ventas internacionales, ya fuesen en cines o en videoclubs, y haciéndola entrar en esa lista de títulos de culto que con los años se ha ido convirtiendo, en medio de la actual fase nostálgica. Pero esto no significa que no sea realmente de culto e imprescindible para conocer un poco más de la historia del cine marcial.

Pero volviendo a la propia película, es igualmente una demostración del Muay Thai, subtrama donde aparece Keith Cooke, como gran maestro y donde de nuevo se acerca a Kickboxer, una constante en la película. Copia descaradamente elementos del filme del belga para insertarlos en una trama nueva. Así podemos ver cómo se lucen actores como Jerry Trimble, Cooke, uno de los platos fuertes, Blanks o Avedon, todos en una forma envidiable, dándolo todo en cada secuencia. Y no puedo dejar de mencionar el clímax, con esa ropa tradicional que es sin duda un final a la altura de lo esperado en una película de culto, con todas las de la ley. Trama oscura, coreografías violentas, maravillosos actores marciales en plena forma, secuencias de entrenamiento brutales, venganzas, elementos que se combinan a la perfección a pesar de copiar muchas cosas. De nuevo la perfecta visión comercial de la Seasonal en este período, entrando con fuerza en la década de los noventa que rizaba el rizo en el cine marcial.

El siguiente estreno fue American Shaolin (1991) pero See Yuen se comenzaba a mantener al margen de algunas producciones, apareciendo únicamente como presentador del film, es decir, que ponía su nombre, pero la producción corría por cuenta de Strandberg, además del guion. Quien sí volvía era Corey Yuen, junto a Yuen Tak, para las coreografías, y se presentaba a Reese Madigan, un cinturón negro de Karate Shotokan y amante de la cultura china que consiguió el papel protagonista, un chico blanco empeñado en entrar a estudiar el mítico Monasterio Shaolin. Mezcla de cine de adolescentes con el cine marcial, con una pizca de Karate Kid, es un entretenimiento menor que las anteriores, pero con una estupenda calidad marcial. Es ligera y perfecta para ver un día tranquilo, disfrutando del Kung Fu a pesar de que algunas notas de humor no han envejecido muy bien, bebiendo de cierto cine ochentero. Esto la convierte en una película diferente, juvenil, pero con ese toque hongkonés que tanto nos gusta pero la que peor ha envejecido. Tiene algunos momentos bochornosos, musicales incluso, y un humor algo desfasado, a pesar de tener buenas secuencias de lucha y de ese mensaje de hermandad entre los estudiantes de Shaolin.

Entretenida, pero con una ligereza que no llega a cuajar del todo, a pesar de su éxito en los videoclubs, claro. No en vano contenía los elementos primordiales del cine de Shaolin, con abnegados discípulos, un superior duro de roer, entrenamientos inhumanos, toques de la saga de Las 36 Cámaras de Shaolin, todo ello con toques de Rock’n’Roll en un intento por occidentalizar este propio subgénero. La Seasonal demostraba en cada producción un intento de reinvención usando conceptos comerciales del cine de artes marciales, pero para el público occidental con muy buen ojo.

Menos conocida es Superfights (1995), más cerca de American Shaolin que de Hermanos de Sangre. De nuevo tenemos una película que en su conjunto es sencilla y ligera, a pesar de haberse intentado trabajar el guion Strandberg con esa trama de peleas amañadas y esteroides que de nuevo presentaba una nueva estrella, Brandon Gaines, cinturón negro de Karate y que había salido en unas cintas de vídeo didácticas de Karate y en un episodio de V.R. Troopers (1994) Lamentablemente, no fue una buena experiencia para él y no volvió a actuar, pero al menos podemos disfrutar de su buena técnica de pierna contra Vitali, el villano de la película.

Tony Leung Siu-Hung se encargaba de dirigir y coreografiar y podemos ver a otros luchadores como Chuck Jeffreys (también productor) o a Rob Van Dam. Aunque Gaines no tenía mucho carisma, consigue mantener el tipo en una recomendable película llena de estupendas técnicas de pierna y una subtrama sobre el negocio de la lucha más que interesante. Es una lástima que no sea tan conocida como el resto de esta etapa.

Y llegamos a una de las últimas producciones, Muerte a Medianoche (1997), la película favorita de Strandberg. Una buddy-movie con un asesino en serie que mata a campeones de artes marciales, elementos que ya sólo con ellos, nos prometen buenas coreografías, algo que Tony Leung Siu-Hung, coreógrafo y director, consigue darnos. Claro está que teniendo a Chuck Jeffreys, Gary Daniels y Darren Shahlavi en el reparto, favorece la espectacularidad de las peleas. Tenemos un buen uso de cables, momentos casi de Kung Fu clásico, y un único lastre, la historia personal del personaje de Daniels, que está un poco de más, pero bueno, no vamos a quejarnos por una vez que no es un personaje plano, aunque esté encajado de mala manera y sea un poco bajón en ciertos momentos. Keith Vitali fue uno de sus productores, y tiene una pequeña aparición, casi en plan cameo, y podemos ver a otros estupendos luchadores como Hakim Alstom (Mortal Kombat), todos ellos luciéndose en unas estupendas peleas en una película que cerraba este ciclo estadounidense.

A pesar de aparecer en alguna que otra producción, en el 2008 estrenaba la que de momento es su última película, Legendary Assassin, aquella puesta de largo de Wu Jing, desapareciendo del mapa, pero dejándonos un estupendo legado de títulos en Asia y Occidente.

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