De los VIDEOJUEGOS al CINE MARCIAL

De los VIDEOJUEGOS al CINE MARCIAL

Las artes marciales no sólo han tenido reflejo en el cine o la televisión. El mundo de los videojuegos se ha nutrido de los diferentes estilos de lucha para entretenernos durante décadas en los salones recreativos y posteriormente en las videoconsolas de todo el planeta.

Ha habido una retroalimentación entre ambas plataformas, el cine y los videojuegos, adaptando películas a juegos y juegos en películas. En este post y el que viene vamos a hacer un repaso a esos juegos que han conseguido adaptaciones cinematográficas con mayor o menor suerte.

Desde los clásicos como Street Fighter o Mortal Kombat, pasando por King of Fighters y algunos más, sin olvidar algunos juegos que han anunciado que se transformarán en films en los próximos años. Combos, fatalities, shoryukens y muchos golpes especiales más con caras como las de Van Damme, Mark Dacascos o Jon Foo, grandes nombres del género que no siempre han acertado en sus elecciones.

DOUBLE DRAGON

En 1987 salían dos juegos que se pueden considerar de los más míticos. Antes de seguir te recuerdo que este artículo trata sobre los videojuegos que han sido adaptados como películas. Hago hincapié en esto ya que uno de los más clásicos videojuegos es Kung Fu Fighter, de 1984, y aunque en Japón lo llamaron Spartan X, sólo se usó para vender más de cara a una película de Jackie Chan que se tituló así en el país del Sol Naciente, Los Supercamorristas. Dicho esto, continuemos nuestro viaje que comienza con Double Dragon, que apareció en el mercado en 1987, como indicaba al principio. Pertenece al género Beat’em up, peleas contra varios adversarios, habitual en los juegos de plataformas. Salía para arcade (vamos, para las máquinas recreativas de toda la vida), y en diversas consolas de la época como Atari 2600, Sega Master System, Game Boy o Atari Lynx, además de para ordenadores como Amiga, Amstrand CPC, ZX Spectrum o Commodore 64.

La historia nos situaba en un futuro devastado por la guerra nuclear donde dos hermanos, Billy y Jimmy, se enfrentaban a los Black Warriors, una violenta banda que domina las calles. Este violento grupo secuestrará a la novia de Billy, Marian, provocando que los hermanos se lancen contra los villanos. El juego homenajeaba Operación Dragón con los personajes de Williams, Roper y Bolo (Jim Kelly, John Saxon y Bolo Yeung respectivamente) y tendría un total de ocho entregas repartidas entre la trilogía original de arcade y las de consolas, incluyendo Double Dragon Advance, exclusiva para Game Boy, la que se basaba en la serie de animación (que luego veremos) o la que enfrentaba a los personajes en combates uno contra uno.

También aparecieron tanto Billy como Jimmy en otros juegos como “invitados especiales” como Super Spike V’Ball (partidos de volleyball) o Battletoads & Double Dragon, que unía los dos videojuegos, además de contar con un spin-off, Rage of the Dragons. El salto a otros medios comenzó en 1991 con una serie limitada de cómics de Marvel de tan sólo seis números donde los hermanos eran herederos de la Fuerza Dragón y se enfrentaban a Nightfall, un ex-amigo de la familia que era controlado por un demonio.

Un toque de ciencia-ficción para una historia llena de tópicos y donde el padre de los hermanos se llamaba Stan… una más que obvia referencia al creador de la mayor parte de héroes de la editorial, no sólo por llamarse Stan Lee, si no por el propio aspecto físico del personaje. Entretenida y poco más. Marian aparecía como una agente de policía, rol al que volvería el personaje en algunas secuelas del videojuego o en la serie de animación, la cual aparecería en 1993 con un total de 26 episodios producidos por DiC Entertainment en dos temporadas.

Mientras el cómic usaba diseños y personajes para encajar en el universo superheroico de la Casa de las Ideas, la serie se decantaba por unos diseños claramente pensados para vender muñecos, que sacó la famosa Tyco. Guiones bastante sencillos, presentando a un puñado de amigos de los hermanos Lee para formar un grupo y luchar contra sus enemigos, a cada cual más extravagante pero como he dicho, pensado para vender muñecos. Curiosamente las peleas sí muestran técnicas de artes marciales y podemos escuchar hasta gritos que nos recuerdan a Bruce Lee. Pero lo peor de todo es esa manía de usar dragones occidentales en vez de orientales, sobre todo en los horribles cascos que llevan los protagonistas. Totalmente prescindible, pero claro, va dirigida a niños a partir de siete años. Armas de todo tipo, vehículos surrealistas y coloridos y una moraleja final conforman las dos temporadas. En la serie se inspiró el juego Double Dragon V: The Shadow Falls, y se llegó a editar en dos VHS en 1994, el primero con los dos primeros y los dos últimos episodios de la primera temporada y un segundo con los tres primeros de la segunda, editados como si de un largometraje se tratase además de algunos extras, previos de otras series y promos del mencionado quinto videojuego.

Pero el plato fuerte de esta franquicia es su película, amada y odiada a partes iguales. Para hablar de ella hay que separar tres aspectos, el de adaptación del juego, el de película independiente y las artes marciales. Como adaptación podríamos decir que es mala, ya que modifica absolutamente todo exceptuando los nombres de los hermanos Lee, los colores de su ropa y el nombre de la chica de la peli.

El argumento nos sitúa en 2007, en la ciudad de Nuevos Ángeles tras el Gran Terremoto, donde las bandas dominan la noche tras un pacto con la policía. Allí viven Billy y Jimmy, criados por Satori tras la muerte de su padre mientras ella custodia la mitad de un medallón místico. Cada parte del medallón da poder sobre el cuerpo y sobre el alma y el villano de la película, Koga Shuko, pretende conseguir las dos partes. Marian, hija del comisario de policía, ayudará a los hermanos a vengar la muerte de su padre y de Satori por parte de Shuko. Cualquier parecido con la historia original es mera coincidencia.

Como protagonistas tenemos a Scott Wolf (Tormenta Blanca), que interpreta a Billy, conocido por participar en diversas series de televisión como Salvados por la Campana (1990-1992) o La familia Newton (1993) además de por el film Los jóvenes Bonnie y Clyde (1993), un guaperas sin ningún conocimiento marcial. Su hermano Jimmy es Mark Dacascos (Crying Freeman), que daba al salto al cine comercial tras American Samurai (1992) y Sólo el más fuerte (1993), el único del elenco protagonista con una maravillosa técnica marcial. Alyssa Milano (Embrujadas) es Marian y Robert Patrick (Terminator 2) es el villano de la historia. Como he dicho, sólo Dacascos está a la altura en las peleas, obra de Jeff Imada, mítico especialista y coreógrafo en cuyos créditos tiene títulos como Libertad para morir (1990), Rapid Fire (1992) y la mayoría de títulos del maestro John Carpenter además de amigo íntimo de Brandon Lee, que fue quien asistió a Brandon en su fallecimiento durante el rodaje de El Cuervo (1994) Peleas simpáticas, nada del otro mundo pero que hacen que la película sea entretenida de ver y poco más. El último aspecto, como película, tampoco consigue salvarla del todo.

Le pesa cierto tufillo de Las Tortugas Ninja (1990), tanto en ambientación, a pesar del tema casi post-apocalíptico, como la banda sonora. Parece una fotocopia mala por el tono cómico, incluyendo a los personajes, reduciendo el target del público a los más jóvenes de la casa, siempre que sean menores de 14 años. De esta forma reduce en parte su calidad, con numerosos errores de guion tontos como deslizarse un buen número de metros por una soga sin quemarse las manos, cristales que se rompen antes de que nadie los atraviese…

Eso, por no hablar de un guion demasiado tontorrón con unos secundarios de cómic que a veces dan vergüenza ajena. Pero, dicho esto, tengo que admitir que, en el momento de su estreno en España, junio de 1995, me gustó y lo pasé bien. Es entretenida, pero en cuanto te pones a mirar algunas cosas, es evidente que se trata de un producto fallido. No quiero dejar este film sin mencionar la aparición de Imada junto al gran Al Leong, eterno secundario de pelo largo y perilla, que forman un dúo cómico simpático además de hacer que la mejor pelea del film sea la que tienen Dacascos contra Leong. Muchos guiños de la época, con referencias a Los Cazafantasmas (1984), que en su doblaje al español se pierde, a la serie ¿Quién es el jefe? (1984), donde participó Milano, El Mago de Oz (1939) o 1997: Rescate en Nueva York (1981) e incluso podemos ver una máquina recreativa con el juego original. Resumiendo, una película divertida y entretenida, con efectos especiales de la época pero que han envejecido mal. Un guion demasiado ligero para los que esperábamos mejores combates marciales, una oportunidad desaprovechada que incluso tuvo videojuego adaptando al film, pero que fue un fracaso, consiguiendo algo menos de dos millones y medio de dólares en Estados Unidos, y la mitad en el fin de semana de su estreno.

Hay algunos medios que hablan que Doble Impacto (1991), la famosa película de Van Damme se basa libremente en el videojuego, nada más lejos de la realidad, por mucho que el belga interprete a los dos hermanos y aunque aparezca Bolo Yeung, la inspiración para Abobo. La inspiración más cercana para este clásico de los noventa se encuentra en la novela de Alejandro Dumas Los Hermanos Corsos, pero es meramente anecdótico y es tema para otro artículo, aunque no abandonaremos a Van Damme para la siguiente adaptación.

LUCHADORES CALLEJEROS

Que no es otra que Street Fighter, nacida en 1987 bajo la firma Capcom y con dos claros protagonistas, Ryu y Ken. Aparecía en numerosas consolas, desde la versión arcade, pasando por Amiga, Atari ST, Commodore 64, ZX Spectrum o la versión para PC. Poco hay que añadir de este mítico videojuego, cuyo jefe final era el tailandés Sagat. A pesar del éxito, no fue hasta la llegada de su secuela, Street Fighter II, que se popularizó tanto el mundo de los videojuegos de lucha como el de esta futura y actual franquicia.

Tras ella aparecieron más continuaciones, pero no seguían un orden cronológico, con un total de ocho juegos divididos en cinco entregas, de Street Fighter hasta Street Fighter V, junto a las tres partes llamadas Street Fighter Alpha. La historia nos presentaba a Ryu y a Ken, dos practicantes de Karate Shotokan que viajan por el mundo para probar sus habilidades con diferentes luchadores, representando diversas artes marciales. Tras ganar a Sagat, el thailandés representante, evidentemente, del Muay Thai, Ryu, el auténtico protagonista, vuelve con su maestro Gouken está muerto, asesinado a manos de su hermano, Akuma. De esta forma Ryu volverá a viajar para hacerse más fuerte pensando en encontrarse con Akuma.

Como he dicho, las diferentes entregas de los juegos no siguieron un orden cronológico, y la historia continuaba en Street Fighter Alpha, Zero en Japón, donde aparecía Bison, líder de la organización terrorista Shadaloo, quien recluta luchadores para sus filas. Poco a poco se va conformando una historia donde vamos conociendo el pasado de los diferentes luchadores. La primera película que apareció fue una adaptación no oficial hongkonesa, Future Cops (1993), escrita y dirigida por Wong Jing (El Cristal Mágico) y repleta de estrellas, como Andy Lau (La Casa de las Dagas Voladoras) como Vega, Jacky Cheung (Swordsman) como Guile, Aaron Kwok (The Storm Riders) como Ryu, Chingamy Yau (Naked Killer) como Chun-Li, Ekin Cheng (La Leyenda de Zu) como Ken, Richard Ng (The Millionaire’s Express) como Blanka, Simon Yam (Election) como Dhalsim o Billy Chow (Fist of Legend) como Sagat. Tony Ching Siu-Tung (Hero), Dion Lam (Acantilado Rojo) y Ma Yuk-Sing (The Storm Warriors) se encargaron de la acción, repleta de cables y humor cantonés.

Divertida y alocada, la historia mandaba a Vega, Guile y Dhalsim al pasado, bueno, a nuestra época, para proteger al que se convertirá en un famoso juez que conseguirá meter en la cárcel a Bison, interpretado por Ken Lo (La Leyenda del Luchador Borracho) Algunas secuencias de acción durante el metraje que desembocan en una final espectacular que incluye algo más que una referencia a Goku y Bola de Dragón. Como adaptación, pues no, para qué vamos a engañarnos, pero es más una broma algo irreverente del director que una adaptación en sí misma.

Street Fighter II: The Animated Movie (1994) producida por Capcom y la delegación japonesa de Sony, que sigue a Ryu en su viaje por el mundo mientras Bison y Shadaloo van reclutando a los luchadores. Todo un clásico con momentos de lucimiento de todos los personajes y acción trepidante que tuvo como asesor de artes marciales al suizo Andy Hug, experto en Karate Kyokushinkai que consiguió ganar en 1996 el prestigioso torneo K-1. Falleció en el año 2000 debido a la leucemia que padecía con tan sólo 35 años.

Este film es sin duda uno de los clásicos indispensables para los amantes de esta franquicia. Aprovecho para indicar que los nombres de los personajes se cambiaron en su exportación occidental. De esta manera, M. Bison era en realidad el boxeador que conocemos como Balrog, cuya M significa Mike, un homenaje a Mike Tyson, el español Vega es en realidad Balrog, Akuma es Gouki y Charlie, el amigo de Guile, sería Nash. Cambios menores que quedan patente a la hora de escuchar este film en versión original y que puede desconcertarnos. Por cierto, voy a permitirme el lujo de decir que yo mismo rodé un corto basado en esta película, pero nunca pude terminarla, y eso que tenía a Ryu, Fei-Long (un clon de Bruce Lee), Cammy, Chun-Li, Zangief, Sagat y a Blanka… pero no verá la luz jeje.

Pero para nosotros este cambio es menor, ignorado hasta por la siguiente adaptación, venida desde Hollywood y con el gran Jean Claude Van Damme como protagonista. Street Fighter: La Última Batalla (1994), duramente criticada por el resultado final, no estuvo exenta de problemas que provocaron que la peli sea como es. Van Damme tenía dos ofertas sobre la mesa, ser Guile en Street Fighter o Johnny Cage en Mortal Kombat, y decidió ser el coronel norteamericano. Su sueldo junto el del escogido para ser el villano, Raul Julia (La Familia Addams), se comieron la mayor parte del presupuesto, obligando a los productores a buscar actores menos conocidos y baratos para el resto del reparto, algo opuesto a la primera idea.

La historia mantenía ciertos elementos originales, con Bison y su organización planeando conquistar el mundo y con Guile, Cammy y algunos otros personajes intentando detenerlos. El mayor error de todos fue el usar a actores sin conocimientos marciales para la mayor parte de los personajes, además de meterlos con calzador en un guion más centrado en el género bélico de acción. Ming-Na Wen (Agentes de SHIELD) fue Chun-Li, la cantante y actriz Kylie Minogue (Moulin Rouge) fue Cammy, Byron Mann (Crying Freeman) interpretó a Ryu, Damian Chapa (Alerta Máxima) se encargó de Ken o Wes Studi (Gerónimo) se encargó de Sagat. Horribles elecciones, y peor integración, todo se nota demasiado falso, en parte a la búsqueda de una calificación para menores de 13 años que buscaba Van Damme.

El legendario Benny Urquídez se encargó de entrenar a los actores y junto a Charles Picerni, se encargaron del diseño de acción. Muy light, con escasos buenos momentos, fue un fracaso y aunque es entretenida, no es, ni de lejos, lo que se esperaba.

En 1995 aparecía la primera serie animada, Street Fighter: The Animated Series, que dejaba todo el protagonismo a Guile en los 26 episodios divididos en dos temporadas que intentó continuar el largometraje de animación. Producción norteamericana que cayó en el olvido. Y continuaba de alguna forma al film de Van Damme, pero usando los diseños originales del videojuego.

Mucho mejor fue Street Fighter V con 29 episodios y producción japonesa, o al menos en occidente, ya que en Japón la audiencia fue bajando hasta el punto de tener que abaratar costes reutilizando escenas de peleas. Cuatro años después aparecería Street Fighter Alpha, nuevo largometraje estrenado en vídeo que tiene como dato curioso la participación de Kane Kosugi para ponerle la voz a Ryu. Otras películas animadas son Street Fighter Alpha: Generations (2005) precuela de Alpha y pensada para el público norteamericano o Street Fighter IV: The Ties That Bind (2009), que era una historia situada antes del videojuego Street Fighter IV.

Pero nos interesa más la imagen real, los actores de carne y hueso, y tras el batacazo de Van Damme, tuvimos que esperar a 2009 para Street Fighter: La Leyenda, que resultó otro batacazo. La idea de comenzar una nueva saga presentando a Chun-Li, Bison y compañía no era mala, a pesar de las numerosas diferencias con la historia original. El origen de Chun-Li era modificado, así como el de Bison, por unos que intentan dar cierta profundidad a los personajes. Para encarnar a la experta en Kung Fu, se escogió a Kristin Kreuk (Smallville), con antepasados chinos y con conocimientos en Karate, con un resaltado poco convincente. Neal McDonough (Arrow) se encargó de Bison, mientras que Robin Shou (Mortal Kombat, de la que hablaré el post que viene) se quedó con el papel de Gen, que iba a ser intepretado por Rick Yune (Ninja Assassin) y que personalmente me recuerda a Hwang Jang Lee por el aspecto físico.

También quiero destacar a la actriz hongkonesa Josie Ho (Dream Home) Los diseños e historias de todos es totalmente diferente, y aunque los esfuerzos por asentar una historia que se proyectase en posteriores films, el guion es aburrido y anodino, con algunas buenas escenas de lucha pero siempre insuficientes. Efectos digitales chapuceros y drama barato son el resto de ingredientes de este fracaso que no permitió continuar con las secuelas sobre Ryu, al que mencionan al final, y Ken, ya anunciadas. Normal, usar a actores sin conocimientos para encarnar versiones tristes, aunque realistas, de los personajes no gustó demasiado, con ese Vega interpretado por el músico Taboo, Balrog, con Michael Clarke Duncan. Lo único bueno son las escenas de lucha, con Dion Lam (La Promesa) dirigiéndolas y coordinándolas con la calidad habitual en él, asistido por Jonathan Eusebio y Jon Valera, de los 87Eleven Action Desing. Además podemos ver en el reparto caras como la de la legendaria Cheng Pei Pei (Come Drink With Me), Tim Man (Ninja 2) o Brahim Achabbakhe (Boyka: Invicto) La recepción del público la colocó muy por debajo de la de Van Damme, de la que habían soltado pestes.

Por suerte en 2010 se estrenaba el cortometraje Street Fighter: Legacy, con Joey Ansah y Owen Trevor como directores, además de contar con Ansah y el actor Christian Howard como firmantes del guion. Una historia sencilla que nos traía de vuelta a Ken y a Ryu, interpretados respectivamente por Howard y Jon Foo (Tekken) Los tres minutos del corto era en realidad una carta de presentación de Ansah, que junto a Howard tenían ideas de cómo adaptar con respeto y espectacularidad la franquicia que tan mala suerte había tenido en el cine. Y vaya si lo logró. El combate, coreografiado por el propio director ayudado por Howard, es excelente, muy bien dirigido y con el añadido de efectos especiales resultones y mejores que en la película de Chun-Li. De esta forma consiguió llamar la atención lo suficiente como para alargar este experimento, surgiendo así la webserie Street Fighter: Assassin’s Fist (2014) que a su vez se estrenó como largometraje en muchos países en formatos domésticos, incluso en España. Por desgracia Foo no pudo participar, siendo sustituido por Mike Moh (2 ladrones y medio) El cambio no está nada mal, aunque Foo tiene más carisma que Moh, pero en lo importante, en lo marcial, el cambio no se nota nada. Lo que sí se nota es que Howard, que volvió a interpretar a Ken, es co-guionista, ya que la importancia de Ken en muchos momentos es superior.

Las coreografías vuelven a ser de Ansah y Howard, complementando las estupendas técnicas con cables y algunos efectos digitales y artesanos. La historia es algo más pesada, narrando los orígenes de Ryu y de Ken además del de su maestro Gôtetsu (Togo Igawa) y el del villano, Akuma, con Ansah interpretándolo, pero en general es una excelente película que va presentando todo para la anunciada secuela, pero que de momento tendremos que esperar para verla por culpa de los problemas que hubo para un especie de secuela que sólo se ha podido ver en Estados Unidos, Street Fighter: Resurrection (2016), cinco episodios que incorporaban a Nash, interpretado por Alain Moussi (Kickboxer: Venganza) para enfrentarse a Ken y Ryu. También podemos ver a Bison encarnado por Silvio Simac (Danny the Dog) así como a Amy Johnston (Lady Bloodfight). He dicho que era una especie de secuela, y es que los acontecimientos que se mencionan, como la existencia de Bison y su muerte, no se trata ni en la primera ni en esta segunda serie. De esta forma falta cubrir un hueco que debería ver la luz Street Fighter: World Warrior a partir del 2019, ya que tras muchos periplos por fin tiene luz verde, aunque su pre-producción haya comenzado. En Resurrection Nash tiene un papel de mayor lucimiento, incorporando a Ken y Ryu como unión con el microverso de Street Fighter. Tenemos además algunos otros personajes como el interpretado por Natascha Hopkins (Mad Max: Fury Road), la experta en Jiu-Jitsu Brasileño Laura Matsuda. Estupendas coreografías, trama policial y muchas ganas tanto de saber lo que ocurre entre Assassin’s Fist y Ressurrection, como de lo que ocurre después de la segunda.

Estas no son las únicas adaptaciones, como podrás pensar, por lo que continuaremos el post que viene adentrándonos en este subgénero de cine marcial. ¿Conoceremos alguna adaptación buena fuera de Street Fighter? La respuesta en el siguiente post.

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