En la segunda parte tratamos sobre el maestro Hung I-Hsiang (1925–1993). Experto en xingyiquan, baguazhang y taijiquan, y especialista en mano de hierro. En esta tercera parte escribiré sobre la vida y hechos de Wang Shu Chin que desarrolló la mano de hierro, y el cuerpo de hierro. Se enfrentó a boxeadores como Joe Louis y Rocky Marciano, a grandes karatekas japoneses, y occidentales como Bluming, y a aikidokas de gran talla como Kazuo Chiba.
WANG SHU CHIN (WANG SHU JIN) (1904-1981)
En el capítulo 9 “Otros Maestros” (de la obra “Chinese Boxing. Masters and Methods”) Robert W. Smith trata sobre el maestro Wang Shu Chin que fue un maestro de baguazhang, xingyiquan
y taijiquan, siendo el principal impulsor de estas artes fuera de China, llegando a ser el primer maestro de wu shu en Taiwán y Japón.
Estas son algunas palabras de Smith sobre Wang Shu Chin:
“Wang es el más grande exponente de xingyiquan y baguazhang en Taiwan. Es un hombre que parece un gran Buddha de unas 230 libras, que fruncía el ceño sobre los métodos externos de Shaolin. Decía que romper ladrillos y azulejos, no prueba cosa alguna, hasta que los ladrillos comiencen a pensar y a moverse como humanos. La vida privada de Wang era un misterio. Supuestamente, era el dueño de muchas tiendas de arroz, y el líder de un movimiento religioso. Yo sé que era vegetariano y no estaba casado…”
Shu chin inició su entrenamiento a los 18 años con el famoso maestro Chang Chao Tung (Zhang Zhao Dong) (1859-1940), al que seguiría hasta su muerte en el año 1940. Wang Shu Chin, además de estudiar con Chang, también recibió instrucción de Wang Xiangzhai el creador del estilo interno Yi Quan.
Como el lector irá leyendo a lo largo de este artículo, Wang fue un artista marcial “tremendo”; de hecho siguió a Chang Chao Tung después de conocer diversas de sus proezas. Pero es muy posible que la aventura del barco norteamericano de Tianjin “deslumbrara” tanto Wang a sus 18 años que deseara el resto de su vida dedicarse a las artes marciales internas.
Se dice que aunque Chang era grande y alto, también era extremadamente rápido con sus manos y pies. No le tenía miedo a las armas, porque su juego de pies era tan bueno que nadie podía tocarlo con un arma blanca. Por otra parte, sus manos eran letales, ya que cuando un oponente recibía un solo golpe de sus manos, o caía al suelo, o ya estaba tocado para el resto del combate.
Chang fue muy conocido por derrotar a un artista marcial japonés y a un fuerte hombre alemán. Durante este período en la historia de China, cada vez que un boxeador chino vencía a un oponente del exterior, era una gran noticia. La prensa rápidamente convertía el evento en un suceso nacional y los grandes titulares de las portadas mostraban al público la grandeza de las técnicas chinas de combate. Sin embargo, las relaciones de Chang con los extranjeros se extendieron más allá de la plataforma de desafío del boxeo.
La aventura de Chang Chao Tung en el barco pirata de Tianjin
Tianjin es una ciudad situada en el norte de China, a orillas del rio Hai, en su desembocadura en el mar de Bohai. Durante la Segunda Guerra del Opio en 1858, la ciudad fue tomada por las tropas franco-británicas. En 1901, debido a la intervención en el Levantamiento de los Boxers, la ciudad quedó gobernada por representantes de las naciones ocupantes (Rusia, Reino Unido, Japón, Alemania, Francia, EE. UU., Imperio austrohúngaro e Italia). Aunque la ciudad pasara a estar gobernada a partir de 1902 por autoridades Quing, hasta finalizar la Segunda Guerra Mundial, las naciones ocupantes no renunciaron formalmente a la titularidad de las concesiones de 1901.
En la turbulenta ciudad de Tienjin (no sé en qué fecha), el maestro Chan Chao Tung estaba en su escuela enseñando ejercicios de fuerza (li gong) y ejercicios de pasos y piernas, cuando lo llamaron para que ayudara a las mujeres de la ciudad. El problema era que había un barco estadounidense en el puerto de la ciudad, cuya tripulación estaba secuestrando mujeres chinas para llevarlas a Estados Unidos y venderlas como prostitutas. El buque constaba legalmente como barco mercante, sin embargo, los miembros de la tripulación eran en realidad piratas. La policía china, que probablemente estaba siendo sobornada, no hizo nada para detener a los piratas impidiendo que se las llevaran por la fuerza.
En un último esfuerzo para salvar a las niñas, Feng Kuo-Chang (1859-1919) un famoso funcionario local, explicó lo que sucedía a Chang Chao-Tung. Este estuvo de acuerdo en salvar a las niñas, por lo que Feng lo envió al barco en un pequeño bote. Chang se subió al bote, llegó al barco, trepó hasta la cubierta y luchó con los piratas. Algunas versiones de este evento hablan de Chang luchando con hasta cuarenta piratas, pero aunque no sabemos el número exacto de piratas, lo cierto es Chang derrotó a los piratas y salvó a las chicas chinas de un terrible futuro. Su juego de piernas fue muy suave y rápido como el rayo, y sus golpes fueron tan brutales que fracturaron los huesos de los piratas.
Feng Kuo Chang que antes de ser político había sido un General del Ejército Beiyang (que sabía mucho del valor, del honor y de la cobardía) se quedó tan sorprendido de lo que acaba de observar que llamó a Chang como “manos relámpago”. A pesar de haber dirigido ejércitos en batallas, nunca había visto, ni jamás volvió a ver un acto heroico de tanto valor.
Un buen día, como ya mencioné, a los 18 años Wang Su Chin fue a pedirle a Chang que lo aceptara, y este lo aceptó. Wang estuvo con Chang desde 1922 a 1940, y éste le pasó todo su conocimiento. Wang después del entreno con su maestro contempló la vida de otra manera. Albus Dumbledore (Richard Harris) en la película de Harry Potter y la piedra filosofal (2001) dice: “Soñar no te servirá de nada si olvidas vivir”. Y Wang después de soñar casi dos décadas junto a su maestro Chang decidió vivir, y dejó huella por donde paso…
En 1950 Wang fue invitado a Japón por la Federación Japonesa de karate
(日本空手協会 Nihon Karate Kyōkai).
En esta visita a Japón, Shu Chin fue afortunado al convivir en la misma pensión con unos artistas marciales norteamericanos formales como eran Donn F. Draeger, Robert W. Smith y su grupo. Al encontrarse a gusto con hombres occidentales que habían estudiado tan fondo las artes marciales tanto de China como de Japón, Wang compartió sus conocimientos con ellos durante largo tiempo.
Con un peso de casi 150kg de peso, Wang fue declarado como uno de los mejores hombres del kung fu de China, y se decía de él que su dominio del qigong de los postes en quietud (del estilo Yi quan), y su inmensa fuerza y resistencia le permitía absorber el impacto de golpes que noquearían a una persona normal.
Wang Fu Lai (un alumno de Wang Shu Chin) que reside en la actualidad en Charlottesville (ciudad situada en el condado de Albemarle, Virginia), lo relata de esta manera:
“Wang Shu-Jin emigró a Taiwan en 1949. En la década de 1950, Wang Shu-Jin fue invitado a Japón para demostrar y enseñar artes marciales chinas en la Federación Japonesa de Karate. Los mejores luchadores del mundo, occidentales y orientales, vinieron a desafiarlo y a estudiar con él, incluidos el famoso boxeador Jack Dempsey, los guardaespaldas de la familia real de Japón y los expertos en karate de alto grado. Wang Shu-Jin visitó Japón un total de 11 veces. Durante esas visitas, él estaba invicto. Wang Shu-Jin es considerado la persona responsable de traer artes marciales internas a Japón…”
El reto del año 1951
Otra de las proezas de Wang ocurrió el 14 de diciembre de 1951, y tuvo relación con el ex campeón de los pesos pesados Joe Louis. Para situarnos qué pasaba en el mundo en aquellas fechas, escribo a continuación algunos datos:
“Era viernes bajo el signo de Sagitario. El presidente de Estados Unidos era Harry S. Truman. Decision Before Dawn (Decisión al amanecer) dirigida por Anatole Litvak, era una de las películas más vistas estrenadas en 1951, mientras The Catcher In The Rye (El Guardián en el centeno) por J.D. Salinger era uno de los libros más vendidos…”
Y ese día, el 14 de diciembre, en España y en el periódico ABC, se podía leer la siguiente crónica:
“San Francisco 13. El ex campeón de los grandes pesos, Ezzard Charles, consiguió anoche vencer fácilmente por puntos al campeón mundial de los semipesados, en un combate a doce asaltos. Esta victoria de Ezzard Charles la quinta frente al voluntarioso, pero incapacitado, Joey Maxim, ha sido un gran paso para el hombre que se considera heredero del título de Joe Louis y cuya esperanza solo la perdió frente a Joe Walcott.
El combate ha producido un ingreso de 80.000 dólares en la taquilla. Fue transmitido por televisión, de modo que fueron muchos millones de aficionados los que le presenciaron. El combate no agradó al público que mostró su descontento con silbidos y palmas de tango. Joey Maxim no hizo nada en su combate de anoche, y sólo se apuntó dos de los 12 asaltos…”
Este artículo menciona al boxeador Ezzard Charles como el heredero de Joe Louis. Y realmente fue así, ya que Ezzard Charles fue Campeón del mundo de los pesados. En lo referente a Joe Louis (1914-1981), fue el Campeón del mundo desde el 22/06/1937 a 01/03/1949, y tuvo el “reinado” más largo de toda la historia en esta categoría. Y curiosamente Joe Louis fue a terminar su carrera a Taiwán.
Ello fue debido a que después de su combate con Rocky Marciano, y dándose cuenta de que los combates profesionales y los días de “cobro” se habían terminado, se retiró definitivamente del boxeo profesional. Pero para ganar algún dinero, continuaría girando en el circuito de las exhibiciones. Y ese último circuito debía de terminar en Taipei, Taiwán.
Wang Shu Chin tenía 47 años y Joe Louis 37 años. Y ese día 14 de diciembre, Wang se presentó ante el legendario boxeador, conocido como “El bombardero de Detroit”
Wang Shu Chin le dijo :
«Usted es uno de los mejores boxeadores de la historia. Yo soy el mejor practicante de boxeo chino de Taiwán”. Le invito a que con toda su fuerza golpee mi estómago. Así podrá ver el poder del boxeo chino.
Joe Louis respondió:
“No. No deseo golpear su estómago”.
Wang Shu Chin replicó:
“Pruébelo y así veremos cuál es la técnica más sofisticada, si la occidental o la china…”
Aunque Joe Louis no deseaba entrar en el “juego” que le planteaba Wang, éste continuó insistiendo.
Finalmente, Joe Louis habló: “No le voy a golpear. No quiero matarle por accidente…”
Rugio Vitale en su obra “Joe Louis Boxing Campeon” escribe esta relación de los últimos combates de Joe Louis, que se celebraron en la ciudad de Taipei:
Año mes día Rival Ciudad Combate Rounds
1951 12 14 Chang pulu Taipei K.O. 1
1951 12 14 Sgt. Seth E. Woodbury Taipei Exh. 2
1951 12 14 D.H. Cantrell (U.S. Navy) Taipei Exh. 2
1951 12 14 Cpl. Buford J. DeCordova Taipei Exh. 3
1951 12 16 Cpl. Buford J. DeCordova Taipei Exh. 3
Con esta narración de Wang y Joe, vemos un poco más de qué “pasta” estaba hecho Wang Shu Chin. Alguien, para terminar, podría decir:
“Bueno es que Joe Louis no estaba en su mejor momento”.
Y eso es verdad. Pero tenía 37 años, la experiencia de una larga carrera peleando contra duros y técnicos boxeadores, y la capacidad para realizar tres combates de exhibición en un mismo día. Y Wang era un señor de 47 años.
¿Cuántas personas en el mundo -de 47 años de edad- están dispuestas a recibir un golpe del ex campeón del mundo de los pesos pesados en su estómago?…
Jack Dempsey, Jon Bluming y Kazuo Chiba
Pero el gran Jack Dempsey (1895-1983) sí aceptó su reto en una ocasión y golpeó a Wang en el vientre con todo su poder sin que causara daño alguno en el cuerpo de Shu chin.
También se le atribuían otras habilidades sobrehumanas, incluyendo una fuerza prodigiosa, capaz de levantar un peso de lanzamiento de bala con un brazo y sostenerla palma abajo sin el mínimo temblor. El maestro siempre explicaba que podía hacer todas esta proezas gracias a su dominio de el “chi”…
También es creencia popular que el karateka holandés Jon Bluming se lesionó su propia mano al golpear a Shu Chin en el vientre en un intercambio amistoso de golpes. Sin embargo, Bluming afirma que tal versión es exagerada y que, aunque efectivamente golpeó una vez a Shu Chin en el estómago y no le infligió el menor daño, él tampoco sufrió lesiones. Pero con respecto a la “aventura” de Wang y Jon, Robert Smith lo explica de esta manera en la página 74 de “Chinese Boxing”:
“Y él tenía técnica, usaba el puño de hsing I con un giro de espiral desde una pulgada con mucho más efecto que otros hombres que lanzan el golpe desde una posición completa y estable. Jon Bluming, campeón holandés de judo y el karateka extranjero más apreciado por Oyama, aunque tenía la muñeca dañada después de golpear el estómago de Wang, habló mal de él, durante una ocasión en la que yo estaba visitando Tokyo. ¿Qué más puede hacer?, preguntó Jon. Yo llevé a Jon a ver a Wang y pregunté si él podía mostrar el giro de espiral (peng chuan), pero de una manera amable. Wang puso sus dedos relajados sobre el estómago de Bluming, los enroscó en un puño y atornilló. Bluming se dobló de dolor, y desde entonces ha sido un creyente”
En otra ocasión, Shu Chin tuvo un encuentro con el famoso maestro de aikido Kazuo Chiba en un dojo de Tokio. No se sabe a ciencia cierta que es lo que sucedió, pero las versiones coinciden en que Wang invitó a Chiba y le solicitó que demostrase su técnica.
Según la versión de Terry Dobson (1937–1992) uno de los pocos occidentales que estudiaron directamente bajo el fundador del aikido Morei Ueshiba, Wang desvió los golpes de Chiba y le derribó con una llave de un solo brazo.
Según la versión del propio Chiba, él lesionó el brazo de Shu Chin con la técnica kote gaeshi y éste contraatacó con un sonoro empujón, siendo el único intercambio entre ambos antes de ser separados.
Mano de hierro y cuerpo de hierro
Es evidente, leyendo todos los enfrentamientos escritos de Wang que fue un gran peleador. También en las biografías que he leído de él no se menciona su entrenamiento en la mano de hierro, pero Robert W. Smith sí que refleja en este capítulo 9 diversas vivencias y reflexiones que obtuvo de sus días de relación con Wang con respecto a la mano y al cuerpo de hierro:
“El sistema interno hacen énfasis en la cultivación del chi, profunda respiración, y un enfoque drásticamente diferente a los aspectos mecánicos de combate de Shaolin. Pero al igual que el método de Shaolin la escuela interna tiene muchos defensores que pueden resistir una patada o un puñetazo al diafragma. Wang no tenía solo esta habilidad, además podía usar su gran estómago contra un puñetazo, que produciría una muñeca rota…”
Smith hace la reflexión que tener un estómago capaz de aguantar un puñetazo no te convierte en un peligroso fighter. Otros (sin ser famosos peleadores) también han conseguido aguantar puñetazos o golpes, como Frank “Cannoball” Richards, o el mismo Henry Houdini que durante mucho tiempo aguantó puñetazos hasta que un día recibió un golpe fatal:
“En octubre de 1926, en Montreal, unos estudiantes universitarios se dirigieron a Houdini mientras descansaba tras haber terminado uno de sus espectáculos. Uno de ellos le retó a recibir unos cuantos golpes en el abdomen. El mago aceptó sin miedo. Sin embargo, antes de que pudiera prepararse adecuadamente, recibió un primer puñetazo muy fuerte de alguien llamado Joselyn Gordon Whitehead, quien supuestamente podría ser una estrella de boxeo de la universidad. A este primer golpe siguieron varios más. El mito dice que, si bien Houdini aguantó el envite como un buen actor, estos golpes le generaron una rotura de apéndice que ya estaba inflamado, por lo que también se ha de aceptar la posibilidad de que simplemente recibiera los golpes y en los siguientes días su apendicitis se transformara en peritonitis…”
Por ello, Smith explica que después de golpear el estómago de Wang, le preguntó si le podía golpear en el plexo solar. Y le golpeó varias veces sin causarle ningún daño:
“Pero además de esta especial habilidad, Wang podía hacer cualquier cosa más allá de todos los luchadores que yo había visto. El podía recibir cualquier patada a las bajas extremidades (excluyendo los genitales). Yo le pateé reiteradamente sobre su rodilla, pantorrilla, tobillo, hasta que mi pie me dolió, y no le hice nada. Yo le pregunté: ¿Cómo haces todo esto? Su respuesta: Chi…”
Todo esto era para defender, para atacar, además del puño (peng chuan) con el que golpeó al gran karateka y judoca holandés, Smith añade:
“El puño es parte de su arsenal. Su palma de Bagua es como el hierro; sus dedos caen sobre uno como taladros…”
Para finalizar este artículo citaré otra interesante cita de Smith sobre la palma de arena de hierro:
“Una conversación que yo tuve con Wang después de practicar en la casa de Shang Tung Shen fue muy reveladora. Wang me dijo que para ganar kung fu en los dedos, el método de la palma de arena de hierro tal y como la usaban los seguidores de Shaolin no era realmente necesaria. Todo lo que se necesitaba era el entrenamiento personal regular del estilo hsing I.
Un boxeador que él había conocido en China continental, podía romper un ladrillo dándole una bofetada, pero su habilidad le había costado el uso de sus dedos, ya que no podía sujetar una moneda. Y esto, afirmó era una verdadera falta porque el agarre en la pelea vale tanto como el golpe…”
Wang Shu Chin murió en 1981. No hay lugar a duda que fue una gran pérdida para el mundo del kung fu, y especialmente para los seguidores de la escuela interna nei chia. Conociendo su interés por el boxeo inglés (especialmente por los campeones del mundo de los pesos pesados) sé sin lugar a dudas, que -en sus últimos años- debió de disfrutar viendo los movimientos de Cassius Clay/Muhammad Ali, de Frazier, de Foreman…