En los últimos años la República Popular China ha popularizado el término Qigong (o Chi Kung en transcripción fonética) para denominar a antiguas artes Wei Cheng, como son: Daoyin, (el movimiento relajado del cuerpo combinado con la regulación de la mente y la respiración), Tuna (ejercicios de expiración e inspiración), Jingzuo (o meditación confucionista, que es un wei cheng estático), Zuochan (meditación budista), Neigong (técnicas internas), Liangi (ejercicios respiratorios), etcétera; esta es la razón por la que existen tantas diferencias entre distintas clases de Chi Kung, según se base en un arte antigua, en otra, o en la combinación de dos o varias antiguas artes.
El denominar Chi Kung a los Wei Cheng, transcribiéndolo como Qigong (en pinyin), aunque no es un error no es del todo correcto, ya que Wei Cheng es el nombre que se debe usar para denominar a los ejercicios de Larga Vida, mientras que el término Chi Kung se debería dejar tan solo para denominar al apartado de ejercicios respiratorios y energéticos, que es tan solo una parte de los Wei Cheng, pero no seré yo quien enmende la plana a los chinos actuales que han oficializado el tema.
LAS DISTINTAS ESCUELAS QUE PUEDEN PRACTICARSE EN LA ACTUALIDAD.
Algunos movimientos y ejercicios realizados en distintos sistemas de Wei Cheng son iguales, similares o parecidos (tres términos que pueden ser sinónimos pero que indican tres niveles de coincidencia). Esto es debido a que los orígenes de todos los sistemas son comunes, y a que lo efectivo es similar.
Aunque, además de las ya nombradas (Wu Chin Si, Shi pa Lo Han sho…) existen numerosísimas escuelas dentro de la práctica del Wei Cheng, destaco por su importancia en cuanto a número de practicantes en todo el mundo las siguientes: el Pa Tuan Chin, el I Chin Ching y el Lian Gong Shi Ba Fa.
El Pa Tuan Chin.
Aunque la traducción literal del estilo sea “Las Ocho Piezas del Brocado de Seda”, también se le suele denominar como “El Octavo Corte de Brocado”, y en occidente con el nombre más sencillo de “Los Ejercicios de la Seda”. Se afirma que este sistema fue desarrollado por el general Yueh Fei, en tiempos de la Dinastía Sung (1117-1279 d.JC) a partir del Shi pa Lo Han sho shaolín, para enseñárselo a sus tropas con el fin de que sus integrantes adquirieran fuerza y vitalidad. En algunos textos se puede encontrar con el nombre de Baduanjin (en pinyin).
Aunque en un principio los ejercicios eran doce, con el tiempo sólo nos han llegado ocho de ellos, por eso el nombre de este sistema Wei-Cheng, como ya he indicado: “Las Ocho Piezas del Brocado de Seda”. Estos ejercicios son llamados así porque durante siglos sus practicantes los han comparado con las cualidades del brocado de seda, ya que los movimientos deben ser firmes y, al mismo tiempo, elásticos, relajando los músculos y nervios en la primera fase del movimiento para tensarlos ligeramente en la segunda fase al moverse. Este principio básico, común a casi todas las escuelas internas desde el comienzo de los tiempos, logra un resultado salutífero, ya que alivia la fatiga mental y física.
Es importante también el concentrar la atención en la parte inferior del abdomen: el Tan Tien, en el cual se encuentra almacenada la energía (chi) que debe ser impulsada conscientemente hacia los miembros. La concentración en esta zona nos ayudará a relajar mente y cuerpo, y, consiguientemente, la pulsación sanguínea, que influirá beneficiosamente en el adecuado torrente linfático y hormonal. La respiración debe ser natural y llevar un ritmo uniforme coordinada con los movimientos físicos, progresando gradualmente hacia la práctica de la respiración abdominal, llevando el centro de gravedad a la parte inferior del cuerpo, lo cual contribuye a mejorar el equilibrio.
El I Chin Ching.
Cuya traducción exacta es “El Método del Cambio de Músculos y Tendones”, se suele denominar en occidente con el nombre más sencillo de “Los Ejercicios de Transformación de los Tendones”, y es uno de los métodos más populares en China.
Estos ejercicios, también basados en el Shi pa Lo Han sho de Ta Mo, tradicionalmente los realizaban los campesinos trabajando en los campos durante su jornada laboral. Al comprobarse que la práctica continuada de estos ayudaban a conservar la movilidad durante la vejez, los adoptaron chinos no campesinos para mantener una buena calidad de vida durante la madurez y la vejez. Con todo ello, el I Chin Ching (Yijinjing en pinyin) constituye un programa de salud física que fortalece los músculos y los huesos.
Aunque no es totalmente seguro, según muchos expertos el texto más antiguo del I Chin Ching fue compilado, escrito y dibujado probablemente por el sacerdote taoísta Zining en 1624.
La respiración, utilizando los músculos abdominales se realiza de dos maneras distintas: en una se respira con el abdomen contraído y el pecho expandido, y en la otra se respira con el abdomen expandido y el pecho contraído. Ambas respiraciones ayudan a fortalecer los órganos internos, siempre que se respire lentamente y se retenga el aire al tiempo que se expande el abdomen bajando el diafragma.
Este método se basa en la teoría de “canales y colaterales” de la Medicina Tradicional China. Conforme a esta teoría, existen numerosos canales y pequeños colaterales conectados que cubren todo el cuerpo humano, a lo largo de los cuales están ubicadas centenares de “cavidades”, conocidas generalmente como puntos clave de acupuntura (hsueh men). Todos estos canales, colaterales y puntos clave están estrechamente relacionados con los órganos del cuerpo de una manera particular, y ciertos ejercicios del cuerpo o una presión punzante de uno o varios puntos clave ayudará a regular las fuerzas vitales en los órganos internos y producir el efecto deseado de fortalecer la salud o curar las enfermedades. Las reglas de su práctica son claras: tranquilidad, lentitud, extensión, pausa en el momento justo y flexibilidad, tal y como viene siendo habitual en casi todos los sistemas de Wei-Cheng.
El Lian Gong Shi Ba Fa.
Su traducción exacta seria: “Entrenar persistentemente dieciocho terapias”, aunque suele ser denominado popularmente por el más corto: Liangong; es un moderno método Wei Cheng basado en otros métodos más antiguos, de los cuales se han entresacado unos movimientos específicos para enseñárselos a personas ancianas o débiles con el fin de retrasar su declinación física. Fue desarrollado en los años 70 del siglo pasado por el doctor Zhuang Yuan Ming, Traumatólogo Jefe de la Clinica Wang Ziping y del Hospital Dong Chang, ambos situados en Shanghai, el cual unió sus conocimientos de Medicina Tradicional China a sus estudios de medicina moderna occidental, avalando científicamente la valía y bondades de las técnicas Wei-Cheng.
Consta de tres tablas con dieciocho ejercicios cada una de ellas que se realizan, como todos los ejercicios Wei Cheng, con suavidad, lentitud y continuidad, pues se dice que el realizar los movimientos rápida y bruscamente puede provocar lesiones en los practicantes débiles o enfermos, y además, si se realizan con suavidad, lentitud y continuidad se puede cuidar la técnica del movimiento hasta alcanzar la perfección.
Los ejercicios del Liangong están dirigidos a flexibilizar y reforzar las articulaciones, al tiempo que mejoran la circulación de la sangre en el tejido cartilaginoso y mejora la capacidad muscular. Se dice también que con su práctica se mejora el metabolismo y se aumenta la capacidad de resistencia contra las enfermedades al reforzar el sistema inmune, al ser beneficioso para el sistema linfático.
Otros sistemas.
En los últimos tiempos, además del ya indicando Lian Gong Shi Ba Fa, se han desarrollado varias escuelas modernas de Wei-Cheng basadas e inspiradas en los antiguos sistemas, como son las siguientes:
- Zhan Zhuang, que puede traducirse como: “Permanecer de pie como una estaca”, y que alude a la posición básica de postura erguida desde la cual comienza donde la serie de movimientos.
- Siu Can’t Song, que puede traducirse como: “La Pequeña Campana de Oro”.
- Wei Cheng Chai T’ien, que puede traducirse como: “La Larga Vida del Clan Celestial”.
LOS BENEFICIOS QUE ENTRAÑA SU PRÁCTICA.
Los sistemas Wei-Cheng buscan la salud de sus practicantes, comprobándose que la práctica continuada de ellos influye en la calidad de vida de sus practicantes, ya que a través de la coordinación de la respiración, el movimiento y la concentración mental, adquirirán y mantendrán de por vida (si es que no dejan de entrenar diariamente) fuerza, resistencia, equilibrio, flexibilidad, agilidad… y, sobre todo, una vitalidad que no tendrían sin el entrenamiento. Logran así un perfecto equilibrio y armonía entre la salud física, la mental y la espiritual. Más concretamente, se ha demostrado en diversos estudios que con la práctica continuada de los sistemas internos se logran obtener los siguientes beneficios, además de una enorme capacidad de relajación profunda, tanto física como mental:
Beneficios corporales.
Los Wei-Cheng funcionan a nivel muscular, articular, tendinoso, etcétera, al estar movilizando constantemente el cuerpo de una forma armónica y fluida, por lo que es una forma inmejorable para enseñar a las personas de la tercera edad, aunque lo ideal seria practicarlos desde joven, ya que la práctica diaria y continuada hace que la perfecta y fácil movilidad corporal sea duradera. Por otra parte, la especial respiración y la concentración durante su práctica da como resultado un constante masaje interno que hace que las funciones corporales sean más naturales y se adquiera una mejor calidad de vida comprobable. Por todo ello:
- Mejora la elasticidad de músculos y ligamentos, con lo que el tono muscular se potencia y fortalece, y además se amplia el índice de flexibilidad de las articulaciones, al tiempo que sus superficies cartilaginosas se mantienen más sanas.
- Al tonificar los músculos se fortalece el corazón, con lo que se estimula el sistema cardiovascular y, con ello, la presión sanguínea se regulariza y potencia. Por ello también es excelente como método de recuperación en pacientes afectados por enfermedades cardíacas.
- También se mejora el control de la respiración, con todos los beneficios que ello comporta al influir en el sistema respiratorio y el linfático, fortaleciendo los pulmones y mejorando con ello la respiración, logrando incrementar con ello la salud de los órganos internos, incluyendo el sistema glandular, mejorando con ello el metabolismo y aumentando la capacidad de resistencia contra las enfermedades al reforzar el sistema inmune.
- Estimula y tonifica el sistema nervioso central y periférico, agudizando los sentidos e incrementando los reflejos y la velocidad de respuesta, acelerando la interacción estímulo/respuesta.
- Estimula, asimismo, la comunicación sináptica entre ambos hemisferios cerebrales, logrando una mayor coordinación y equilibrio entre el lado derecho y el izquierdo del cuerpo y, con ello, logrando un ambidextrismo que antes no se poseía.
- Con todo ello, como efecto colateral se produce un fortalecimiento corporal, aumentando además su resistencia física, además de incrementar la salud física y, como indicaré, la mental.
Beneficios mentales.
Durante los pausados movimientos de la práctica de los Wei-Cheng, el practicante va respirando pausadamente, inspirando y expirando el aire cuando el movimiento lo requiere, con lo que el cuerpo inconscientemente, se va relajando, desapareciendo la tensión muscular y mental, al tiempo que “escucha” al cuerpo, sintiéndolo a un nivel más profundo. Todo ello se traduce en los siguientes beneficios:
- Mejora la propiocepción, logrando con ello una íntima comunión entre mente y cuerpo, consiguiendo, como efecto colateral, ser más efectivos al potenciar nuestras órdenes mentales sobre el cuerpo, mejorando además su capacidad física.
- Origina una calma del sistema nervioso, que produce una claridad mental en situaciones de tensión mental donde normalmente no se tiene.
- Al relajar la mente y tener una mayor claridad mental, la agresividad se atenúa, al tiempo que hay una descarga del estrés cotidiano.
- Por otro lado, podemos observar una paulatina desaparición de cefaleas, jaquecas, depresiones y toda clase de trastornos mentales y/o cerebrales, gracias a la relajación mental.
Beneficios espirituales/energéticas.
La mente, con la práctica de los Wei-Cheng, rechaza y abandona todo problema o tensión que tenga o haya adquirido durante el día, si se realizaran los ejercicios durante el fin de la jornada, o prepara la mente para lo que haya de acontecer, si se realizan al comenzar el día. Con ello la mente se queda en blanco, como una tabula rasa, vacía, solamente pendiente de controlar movimiento y respiración al tiempo que siente las sensaciones que le llegan del cuerpo; en este momento el practicante está logrando meditar en movimiento y, en palabras del gran maestro de Tai Chi Ch’uan Wai Sun Liao: “La meditación en movimiento es mil veces mejor que la meditación estática”. Por todo ello:
- Conseguimos un sentimiento de placidez, de profunda paz interior, de intensa calma mental, y con ello lograremos un aumento de la sensibilidad corpórea, con lo que al comprender mejor a nuestro cuerpo y saber cómo funciona y hasta qué límites llega, podemos usarlo de forma más provechosa. Se logra con ello una armonía entre mente y cuerpo.
- Nos enseña a ser receptivos, con lo que se incrementa la sensibilidad exterior y podremos ser más eficaces en una situación peligrosa.
- Los sistemas respiratorios que se usan, al educar el control del Tan-Tien, estimulan el flujo de la energía interna (Chi), logrando una serie de acontecimientos que sin una educación del Chi no se podrían conseguir, y que a ojos de un profano pudieran parecer sobrehumanas (ejemplo: control del dolor en situaciones extremas, cierta invunerabilidad o extremada resistencia a ciertos golpes, inmovilidad ante una fuerza externa, etcétera).
- Además, al desbloquear los meridianos energéticos acupunturales, todo lo anterior se potencia.
(Continuará).