Falsos Maestros – Guía para reconocerlos

Falsos Maestros – Guía para reconocerlos

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En los años ´80, cuando me inicié en las artes marciales, el único medio de información del que se disponía eran las revistas de artes marciales. Con sus artículos y reportajes descubrí un sinfín de maestros y estilos, y aprendí muchísimo. Tanto, que aún hoy guardo aquellas revistas como auténticos tesoros, hasta tal punto, que ése ha sido uno de los principales impulsores de ésta que tenéis hoy día entre manos.

Pero entre todos aquellos Grandes Maestros y Estilos de la época, gente que viajó, entrenó, se desplazó, y otros tantos que desarrollaron sus artes marciales en sus tierras como buenamente pudieron debido a la falta de gente preparada, a través de revistas, libros y películas, también hubo numerosos oportunistas, autoproclamados maestros, campeones de torneos que nunca existieron, delegados de organizaciones que nunca lo fueron, “diseñadores” de diplomas, gente que hizo carrera gracias a una foto de algún cursillo con un maestro o personaje destacado, y gente que cambiaba de uniforme y arte marcial según la película que pegaba el pelotazo en cada momento.

Aquellas personas hicieron mucho daño a nuestro gremio. Y mucho, muchísimo dinero… ¡Y algunos hasta aprendieron artes marciales con el paso de los años! Y la única manera que teníamos nosotros, pobres infelices, de comprobar su valía era a través de las revistas, que estaban ávidas de novedades. Y claro, todo aquello era difícil de comprobar… nadie podía viajar para preguntar, y si viajabas ¿Quién demonios sabía inglés o japonés, o chino para constatar todo aquello?

De este modo, cualquier mediocre con un poco de imaginación, tras un viaje al lejano oriente, o a Estados Unidos y una foto con un Maestro, podía conseguir si era un poco espabilado una entrevista en alguna revista (y si pagaba por anunciar un seminario, todo sería mucho más fácil), de ahí a sacar un libro, dar cursos, más viajes, más fotos, más entrevistas, cursos, seminarios, clases, venta de uniformes, licencias, etc… el negocio estaba hecho.

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Esta entrada tiene 27 comentarios

  1. "Maestro"

    Estimado compañero,
    creo que antes ver la paja en el ojo ajeno, y no ver la viga en el nuestro, tendríamos que analizar nuestra trayectoria y quizás, la de nuestros maestros que en la actualidad defendemos y solo digo “quizás” se encuentren identificados entre esos que nombras.

    Estoy en acuerdo con mucho de lo que dices, no tanto con otras. Podríamos entrar en un debate largo y arduo pero todo es más sencillo que todo eso.

    Cada uno es libre de hacer lo que quiera, de vivir su vida como considere y si dice que enseña “el estilo del chumbo” y que viene de un linaje del antiguo oeste, pues mira, el estudiante como bien comentas, tiene hoy en día acceso a la información a través del mayor medio global que existe, internet, por tanto es tarea y decisión del estudiante seguir o no haciendo esa disciplina inventada o no. Por tanto no lo llamaría fraude, si en cambio, en nuestros años carecíamos de dicho acceso por tanto era muy complejo el poder contrastar la información, eso, si le añadimos algunos ingredientes, podría ser un fraude.

    También podemos caer en el error de llamar falsos maestros a los autodidactas, que en su momento, alguno me he encontrado por este largo camino y he de reconocer que tenia mas cualidades físicas e intelectuales que otros de renombre.

    Si te sientes bien con lo que haces, seas maestro o alumno, adelante, la vida se trata de felicidad y por suerte hoy en día con las MMA se ha destapado un poco el mito de la invencibilidad. Así que si quieres hacer Judo, Karate, Kung Chumbi, o cualquier otro estilo de los cientos de miles que existen o llegaran a existir, hazlo.

    Una vez comente a un maestro con “renombre” que conocía sus orígenes y que simplemente era un autodidacta, avalado por un linaje de maestros que difícilmente también se podría comprobar su calidad técnica, y el mismo me confeso que efectivamente estaba realizando una fantasía, pero que era su fantasía, la de sus alumnos y así eran felices. Desde ese momento cambio mi concepto de “falsos maestros”.

    Un saludo compañero y suerte con la revista, aunque este tipo de artículos, en mi modesta opinión, no te benefician.

    1. Nacho Serapio
      Nacho Serapio

      Hola “Maestro”, permíteme que te tutee, ya que tu lo haces conmigo, imagino que me conoces, aunque escribas desde el anonimato.

      Estoy totalmente de acuerdo contigo. De hecho el 90% de tu comentario son las conclusiones que salen al final del artículo. Solamente me gustaría puntualizar un par de puntos, si no te importa.

      Este artículo es una adaptación del texto publicado por Mr. Wayne Muromoto en el nº 9 de la revista “Furyu: The Budo Magazine” de 1998. Evidentemente hay cosas con las que estoy de acuerdo y otras con las que no, como tú. Pero como medio de comunicación, hay cosas que se deben decir, le duela a quien le duela… aunque no me beneficien.

      La idea de publicar este artículo fue simplemente para eso, para “remover” un poco las conciencias de propios y extraños, y para abrir un poco la visión a las nuevas generaciones.

      Entiendo que cuando uno se pone “a sacudir mierda delante de un ventilador” lo más probable es que uno acabe lleno de mierda (que es de lo que amablemente me previenes). Esto es así y lo se, no te preocupes. Te lo agradezco mucho.

      En el artículo no se ha nombrado a NADIE. Luego quien se quiera dar por aludido es libre de hacerlo.

      Hay maestros autodidactas, hay creadores de estilos, hay campeones… y hay fraudes. El tiempo, los hechos y la trayectoria ponen a cada uno en su lugar.

      Yo no inventé la definición de fraude, lo único que hice fue copiarla del diccionario y añadirla al artículo.

      De cualquier modo, muchas gracias por tu comentario, espero que “salvo este tipo de artículos” el resto de los contenidos de la revista te guste y te aficiones a comprarla.

      Un abrazo.

      Nacho.

  2. Sebas

    buen articulo, todos en mayor o menor medida nos hemos encontrado en el camino marcial con “grandes maestros con los pies de barro”, como dices en tus ” a buscar”, que buenos Maestros también los hay. Un abrazo

  3. Joss

    Yo estoy en la federación de karate la buena la oficial como tu dices y es una porquería y ladrones estoy por montarme una no sería peor

    1. Nacho Serapio

      La verdad es que desconozco tu experiencia… pero lamentablemente, “nuestro gobierno” nos ha enseñado que ladrones hay en todas partes.

      Si no estás a gusto entiendo que te lo quieras por tu lado, pero a veces es peor el remedio que la enfermedad…

      Espero que no te salgas de Malaga para caer en “Malagón”.

      Un fuerte abrazo, y gracias por tu feedback.

      Nacho.

      1. Antonio Pérez Betanzos

        Si se me permite comentar sin por ello convertirme en diana de francotiradores daré mi humilde opinión.
        Si uno busca entrenar y ganar destreza y habilidad en combate seguro que hay cientos de maestros (sin títulos) que pueden ayudar, sea fantasmeando sobre sus raíces o no. Cierto es que hay gente muy hábil por ahí.
        Pero por otro lado si uno busca el estudio interior y exterior tanto del combate como de formas, y continuar un linaje, es más que evidente que debe hacerlo bajo la tutela de un maestro cualificado. La experiencia y el tiempo empleado, sobretodo en la juventud es mejor que sea dentro de la legalidad y del reconocimiento. En caso contrario os aseguro que en un alto porcentaje será tiempo perdido.
        Para mi el arte marcial es una carrera más. Si quieres ser médico a empollar y a comerte una carrera que en ocasiones se te hará infumable. Si quieres ser maestro en algún arte marcial adelante, ya que cuando lo consigas tendrás tu diploma y tu reconocimiento a nivel nacional y posiblemente europeo. Si solo quieres entrenar pues ya sabes… dar cera pulir cera.
        Un abrazo

  4. pere

    Opino que entre “verdades” impuestas y monopolios varios, hay realidades que no interesan y que muy pocos expertos reconocen. El que crea no lo hace de la nada, y está en su libre derecho de hacerlo, aunque el resultado sea una metodología diferente o una forma de hacer personal más que un “estilo”, y aunque no llegue a innovar nada. Hoy en día está de moda el llamar farsante a todo aquel que se sale de lo establecido, de la norma, y dicho calificativo ya es de por sí una mentira interesada. También ocurre que muchos nuevos “estilos” se han visto manchados por un “marketing” absurdo e innecesario, pero muchos estilos milenarios y reconocidos tampoco han estado exentos de leyendas increíbles. Soy de la opinión de que no hay estilos (reconocidos o no) que sean malos o que no sirvan para nada, lo que hay son malos practicantes, enfoques diferentes (defensa, salud, deporte) , y sistemas o métodos que no son llevados a su máxima aplicación o que no se trabajan con la contundencia necesaria. Tema aparte, por ejemplo, son los que van de maestros y critican a otros practicantes, o los que “crean” sin saber nada, se otorgan grados, o fingen poderes extraordinarios nada reales, que también haylos. Pero desgraciadamente interesa meter a todos en el mismo saco. No estar reconocido por una federación no define la calidad de método o estilo alguno. Es muy difícil entender todo esto a través de las palabras, y es algo my extenso imposible de resumir en unas líneas. Parece que nunca llegará el día en que en el mundillo de las artes marciales reine la armonía y el verdadero respeto, y me parece increíble que sean muchas veces incluso “grandes maestros reconocidos” los que alimenten tanto odio y desprecio…
    Un saludo.

    1. Nacho Serapio

      ¡Cuanta razón tienes!

      Si te apetece hablar de todo ello en algún Podcast conmigo, estaré encantado de invitarte (^_^).

      1. Pere

        Si te puede ser de utilidad la opinión de un simple instructor más entre miles con muchos años de experiencia en la enseñanza, de un “sistema híbrido” con enfoque y base tradicional (por llamarlo de alguna manera y no encasillarlo dentro de ningún estilo o arte establecido de los que bebe), y que no teme en aprender (cuando me es posible dentro de mis circunstancias personales) de cualquier arte marcial todo aquello que pueda resultar funcional… En ese caso encantado y un honor el poder reflejar mi experiencia personal en tan prestigioso lugar, desde mi sincero punto de vista, transparente, y para nada interesado. Si quieres me comentas por correo que idea llevas. De la misma manera si te interesa algo por escrito o una publicación, que te podría enviar y tú ya decides que hacer con ella. Ya me dices. Saludos.
        PD: Creo que es interesante que practicantes de mente abierta y medios como el tuyo pongan todos los puntos sobre las ies (no solo desde el punto de vista “oficial” o establecido), e intentar hacer un poco más visible esta caza de brujas absurda y que no beneficia a nadie. Desde luego que todo ello, repito, desde un punto de vista sincero y transparente.

  5. SR

    Efectivamente, hay mucha farsa en las artes marciales, lo cual, no deja de sorprender, cuando físicamente es donde más se tendría que demostrar lo que se sabe. Lo que ocurre es que no solamente proliferan con diplomas falsos conseguidos en Asia o por Internet, los farsantes están dentro de las Federaciones (al igual que en las Universidades) junto a quienes no lo son, expidiendo grados y otorgándoselos entre ellos mismos. En artes marciales lo único es que el maestro pueda certificar fehacientemente haber ganado, como mínimo, un campeonato nacional de su país, si es que no de Europa o del Mundo o una Olimpiada. Para eso hay que ser muy bueno. Sin embargo, uno de los más malos de mi primer gimnasio, que solamente fue a dos campeonatos de promoción y perdió a la primera, un patoso que no sabía (ni sabe) dar una patada a un bote, pero muy pelota, hoy es 7º Dan de Taekwondo y regenta un gimnasio, incluso fue seleccionador nacional, pues trepó en la Federación juntándose a los demás farsantes, que se apoyan entre sí y se confunden con los que han logrado medallas olímpicas. Luego los farsantes también trepan y alcanzan en todas partes puestos de primera fila en las instituciones que expiden títulos reglados. Y lo mismo pasa en la universidad, donde hay catedráticos que son una nulidad y que obtuvieron sus títulos por endogamia y peloteo, pero ya nadie se acuerda y se confunden con los que de verdad saben…. Desenmascarar farsantes es necesario, pero no es fácil, lo único que hay que enseñar a la gente es a distinguir a quien es un farsante de quien no lo es, pero el que no conoce una disciplina es muy difícil que pueda llegar a distinguirlos.

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