
Karate, lo que perdimos de camino al “olimpo”
3 de agosto de 2016. Mientras Rio de Janeiro se prepara para la ceremonia inaugural de sus Juegos y el estadio de Maracaná es un hervidero de gente, la asamblea del Comité Olímpico Internacional (COI) se reúne a las afueras de la ciudad, en el Hotel Windsor, donde impera la tranquilidad, para ratificar los últimos puntos de la llamada “Agenda 2020”.
Al otro lado del Atlántico, en España, Antonio Espinós, presidente de la Federación Mundial de Kárate, esperaba con nervios que se diera carácter oficial a una noticia ya avanzada: el kárate sería, por fin, olímpico en Tokio.